¿Desde cuándo está vinculada al mundo del deporte?

Siempre hice algo de joven, pero nunca estuve federada, solo corría y nadaba. Pero a partir de los 23 años me inicié en las carreras de montaña y en el trail, aunque también hacía bici y nadaba, y por eso un día un compañero del club me invitó a hacer triatlón.

¿Recuerda su estreno?

Sí, en el Triatlón de Mazarrón hace cuatro años.

¿Y cuándo se le fue la cabeza y pensó en hacer un Ironman (3,86 kilómetros de natación, 180 de ciclismo y 42,2 de carrera a pie)?

Cuando hacía carreras de montaña me gustaban las distancias largas, de mucha preparación, es decir, coger un reto y prepararlo mucho tiempo. Hacía ultras de 55 y 60 kilómetros y cuando me pasé al triatlón, me llamaba la atención que se me daban mejor. Primero probé con el medio Ironman y me gustó, pero para apuntarte a un Ironman, o te engañas o alguien lo hace por ti, porque nunca piensas que estás preparada.

¿Doctora, esto es sano?

Esa es la pregunta que me hace todo el mundo. Soy médico, me dedico al mundo del deporte y tengo que dar un poco de ejemplo. No es sano ni deja de serlo, porque una cosa así puede ser sana si se hace con cabeza y preparación. Yo empecé a entrenar con una planificación para ello, y cuando se acercó el Ironman, estaba tranquila porque había cumplido el 95% del plan. Si te planteas un reto así pero los entrenamientos no salen, no es sano.

Vamos, que hay que estar muy cuerdo y muy loco a la vez.

Efectivamente, la mezcla sería esa y te lo dice un médico. Hay que tener el punto de valentía y de querer hacerlo, tener las ganas de cumplir no solo por el hecho de que sea algo que está de moda o que el vecino de al lado lo ha hecho. Mucha gente desiste o solo hace uno porque requiere mucho sufrimiento.

¿Como médico, ha tenido que frenar a mucha gente?

Mi trabajo no es frenar, pero sí aconsejo y trato de hacer ver a los pacientes los pros y contras de la actividad física a estos niveles.

¿Y realmente estamos creando una sociedad más sana?

Estamos creando una sociedad, entre comillas, más sana por el simple hecho de animar a la gente a hacer deporte, pero no más sana por el hecho de que cada día la gente haga más pruebas de ultrarresistencia. La salud es hacer deporte controlado, porque hacer otro tipo de cosas no conlleva más salud.

Pero ahora hay mucho pseudo deportista que se cree capaz de todo.

Hace 30 años, a una persona de 30 o 40 años, no se le ocurría ni levantarse del sofá y hacer deporte. Pero ahora hay gente que se cree que es deportista profesional, que no ha hecho nada en su infancia y que se ve capaz de hacer barbaridades. Por eso cada vez hay más gente en las consultas.

Usted también fue fisioterapeuta del equipo de Cartagena de fútbol sala. ¿Cómo le fue?

Fue una época bonita de mi vida, pero lo dejé porque tampoco tenía tanto tiempo y los últimos años de la carrera de Medicina me quitaba mucho.

¿Es muy diferente un jugador de fútbol sala a un corredor?

Al final son deportistas, pero la mentalidad cambia entre deportes de equipo y en solitario; varía el perfil, pero no por el hecho de ser futbolista o corredor.

¿Su pareja fue quien le animó a hacer el Ironman?

Cuando lo conocí él ya hacía Ironman. Al final, de verlo todos los días en casa, me llamó la atención y fue él quien me apuntó al Ironman porque yo no me decidía.

Vamos, que su pareja tiene el médico y fisioterapeuta en casa.

Claro, y yo tengo el entrenador. Nos compenetramos muy bien.

¿Sigue siendo extraño ver a una mujer en un Ironman?

Se está avanzando, pero es cierto que llama la atención, que no te miran con la misma cara que a un chico. Pero cada vez hay muchas más mujeres que hacen triatlón, porque cuando empecé me encontraba 10 o 12 y ahora fácilmente se llega a las 50 y las 100.

¿Y hará otro Ironman o eso ya es un reto superado?

No lo sé. Triatlón sí, pero Ironman no lo sé porque los que no vivimos de esto, necesitamos mucho tiempo para entrenar. Va a depender del trabajo y de que Pedro, que ahora está más profesionalizado, necesita más tiempo. Pero sí te digo que engancha y que al mes de hacer el de Vitoria habría hecho otro.

¿Cómo se disfruta haciendo un esfuerzo tan grande?

Es que yo no fui con ánimo de competir. Había sufrido tanto entrenando, que el día de la carrera fue una fiesta. Fue muy divertido porque estaba acostumbrada a entrenar en solitario, algo que psicológicamente es muy duro.

¿Es una mujer competitiva o le importan poco los resultados?

Soy competitiva conmigo misma, pero el puesto en una carrera depende de muchas cosas, como el nivel de la gente que vaya, y por eso le doy menos valor a los resultados. De hecho, en el Ironman ni miré la clasificación y me quedé tercera de mi grupo de edad, pero como no me fijé, al día siguiente ni fui a la entrega de premios y me tuvieron que mandar el trofeo a casa. Pero yo acabé supercontenta porque terminé la carrera en 11 horas y 45 minutos, que era mejor de lo que me había marcado.

¿Sus padres no piensan que está loca ?

Mis padres son personas de campo, tradicionales, que no han hecho nunca deporte. Preguntan qué pagan por ganar, pero cuando les decimos que no nos dan nada, es lógico que no entiendan por qué vamos. Pero ahora ya lo comprenden y me apoyan.