Así como en las noches de Copa del Rey destacó por encima de sus compañeros, ante el Betis Deportivo el joven guardameta Marcos Morales vivió uno de sus partidos más complicados en la portería albinegra. Pau Torres se lesionó en el derbi ante el Real Murcia, y el madrileño ocupó su lugar, al igual que en el partido anterior en Badajoz. Hasta ahora solo había encajado un tanto en liga (en la jornada 8 en Marbella) y cinco en Copa del Rey, aunque tres de ellos fueron con el todopoderoso Sevilla FC enfrente.

De entrada, a los cinco minutos, Loren le sorprendió con una vaselina que le dejó completamente clavado, y obligaba a los albinegros a ir a remolque durante todo el partido. El conjunto verdiblanco se acercaba con asiduidad a su portería, aunque le obligaba a intervenir en pocas ocasiones.

Sin embargo, en los minutos finales, tras la expulsión de Josua Mejías, el portero madrileño se vio desbordado. En los tres goles finales cometió el mismo error: se quedó a media salida. Particularmente, en el segundo de los tantos, Aitor se queda solo ante él, y Marcos duda si salir o quedarse bajo los palos. Esos segundos de inseguridad le permiten al delantero bético anotar el gol y encarrilar el partido para los suyos.

A continuación, se repite la misma acción, con los mismos protagonistas, aunque Marcos tiene menos tiempo para tapar los huecos. El último gol tiene más mérito por parte de Irizo, que demérito de Marcos. El jugador verdiblanco dribló a varios oponentes y picó el balón por encima del guardamenta, provocando los aplausos de la grada.