Mira que Alberto Monteagudo dijo hace solo tres días que sus futbolistas deberían convertir en muy jodido el día para cualquier rival que jugara en el Cartagonova, independientemente del que se fuera. Pues como si de un boomerang se tratara, estas palabras se volvieron contra él y jodidos acabaron los albinegros, en lo que se convertía en una auténtica pesadilla para los cartageneristas.

Nunca antes en la época de Alberto Monteagudo había terminado el equipo en casa con un resultado tan contundente en contra y seguro que los futbolistas van a estar tocados estos días previos a la Copa del Rey, que seguro que no la reciben de la mejor manera ahora, en la que en nada se juegan y que serviría para disfrutar.

Silbidos y abucheos para unos y otro, y todo esto justo quince días después de que el Cartagena ganara en casa el derbi y saliera por la puerta grande, como los grandes toreros. Pero también como las grandes figuras tuvo un borrón en su trayectoria y acabó sucumbiendo en unos últimos diez minutos para olvidar. El entrenador mascullaba la derrota en la sala de prensa y trataba de justificar el sonrojo que tuvo que pasar los últimos instantes con un equipo completamente derrotado, todo un líder que hincaba la rodilla ante un rival, como es el Betis B, que hasta ahora no había sido capaz de ganar ninguno de sus ocho encuentros disputados lejos de su campo: ahí es nada.

Lo que sí que se puede extraer como conclusión es que el equipo, lejos de tener una plantilla compensada, ha demostrado unas cuantas carencias cuando se le han caído los teóricos titulares del once inicial. Si el dueño de la entidad pretende seguir arriba durante la segunda parte de la competición, deberá darle alguna vuelta más a este equipo para que sea lo más competitivo posible. Algunos de esos veteranos futbolistas que ayer jugaron ofrecieron una imagen bastante pobre de lo que se espera de ellos.

Por cierto, el club decidió ayer que las mujeres entraran gratis al campo. Lo hizo con motivo del día internacional por la ´Eliminación de la violencia contra la mujer´.

Digo yo una cosa. Esas aficionadas que por un día acudían al campo para ver al Cartagena y se encontraron con este espectáculo en el césped, ¿cómo le explica alguien que esto no es lo normal y que no se desanimen, que sigan acudiendo cada quince días porque esto mejorará?

Desde luego que ni la tarde fue propicia ni el tiempo acompañó. El día gris con el que amaneció la ciudad fue un presagio de lo que íbamos a ver en el Cartagonova.

Ya sabemos que esto del fútbol va por rachas, pero todo transcurre tan rápido que un entrenador pasa de ser abucheado a aclamado, o vuelta a empezar, en un pestañear.