Es complicado que después de una derrota se puedan extraer conclusiones positivas de nada, pero la realidad es que el Real Murcia que ayer se enfrentó a los jugadores menos habituales del FC Barcelona en el choque de ida de dieciseisavos de final y en el que los azulgranas dejaron encarrilada la eliminatoria con un rotundo 0-3 demostraron más seriedad como equipo que en las primeras diez jornadas del campeonato en Segunda B, donde los granas solo han sido capaces de conseguir dos solitarias victorias.

Al final lo que más le gustó al público fue ver a un equipo serio que no hizo el ridículo y que casi llega al descanso sin haber encajado ante un Barça que apenas se parece al que cada domingo pone en liza Ernesto Valverde.

El planteamiento inicial del Murcia fue toda una declaración de intenciones, ya que los cuatro defensores que dispuso el preparador grana estaban de inicio arropados por un tercer central, David Mateos, aunque un poco por delante de la zaga local para darle más consistencia a la línea más débil del equipo. Quién sabe si Salmerón no aprovechó ayer algunas pruebas pensando también en el filial del Granada. La presencia del canterano Escribano en el lateral derecho fue otra sorpresa. De Tercera División a jugar contra el Barça. Un buen detalle. Molinero y Llorente tampoco miraban mucho hacia adelante, ya que Salmerón pareció prohibirle a sus hombres que cruzaran el medio del campo ante un Barcelona en plan observador analizando qué tonalidad iba adquiriendo la contienda.

Y lo que pasó fue que algunos azulgranas como los laterales Semedo y Digné y el extremo Deulofeu dejaron claras sus intenciones con un par de internadas a los cuatro minutos que por fortuna para los granas no encontraron rematador. El Murcia prefería esperar en su guarida, asumiendo los mínimos riesgos y esperando que el cansancio de los catalanes, si es que aparecía, pudiera generar algún hueco interesante. Pero el Barça estaba claro que no iba a cansarse ni mucho menos debido a la exigencia grana, que se limitó a una resistencia numantina con uñas y dientes y ´rezando´ para que alguno de los talentos de Ernesto Valverde no pusiera la eliminatoria de cara con alguna individualidad. Los granas no querían presionar la salida de la pelota de los azulgranas y a su vez los visitantes se encontraban con una ratonera plagada de camisetas rojas que, por el momento, aguantaban incluso los descarados intentos del talentoso Denis Suárez.

Si el Murcia solo había pisado el área de los catalanes con dos acciones a balón parado sin mucho peligro, su gran ocasión para haberse venido arriba llegó en el minuto 27. Una carrera a la espalda de la defensa azulgrana de Elady terminó con una asistencia a un Fernando Llorente que disparó de forma poco ortodoxa y desperdició la oportunidad, hasta entonces, más clara del encuentro.

Los de Nueva Condomina se pusieron un poco ´calentorros´ y el Barça adelantó tanto las líneas que dio la sensación de que algo se podía rascar. De hecho, a diez minutos del descanso tras otro robo en el centro de David Mateos, la jugada terminó con un manso disparo de Abel Molinero a las manos de Cillessen. El plan B de Ernesto Valverde es tan escaso comparado con sus figuras de primer nivel que, aunque pocos, algunos comenzaron a creérselo. El Murcia, por minutos, tuvo más fe e intensidad que en las diez jornadas disputadas en el torneo liguero en Segunda B.

La primera acción seria del FC Barcelona llegó en el minuto 35, cuando un centro de Deulofeu lo alcanzó de cabeza Paco Alcácer para que Santomé desviara de forma contundente. Pero el sueño grana apenas duró un par de minutos más, cuando otra vez Deulofeu y Paco Alcácer, esta vez sí, lograron ponerse por delante en el marcador con un tanto del exdelantero del Valencia. Lo que parecía ser una especie de cuento agradable que estaba leyendo el Murcia y que se cerró de golpe justo antes de indicar el árbitro el camino de los vestuarios.

Todas las fuerzas de los pupilos de Salmerón se quedaron en los vestuarios, porque el único que saltó al campo dispuesto a sentenciar fue Deulofeu. Primero, en una internada por la derecha, obligó a Nadjib a frenarlo con tarjeta amarilla, pero el canterano azulgrana, cinco minutos después, entonces no se lo pensó, comenzó a regatear a uno y otro y definió sin ángulo ante Santomé como un futbolista de Primera División y uno de los candidatos que más opciones tiene de instalarse en el once más o menos definitivo de Valverde. El gol del habilidoso extremo fue un jarro de agua fría para un Murcia que entonces pareció recordar de golpe su penosa situación en el campeonato liguero y al que ya parecía no salirle nada, ni el buen planteamiento defensivo del primer acto.

El bajón de brazos grana fue generalizado y lógico y entonces sí que el Barça olió la sangre. El joven Arnáiz desnudó la banda derecha de los murcianistas y tras un par de recortes la puso donde no podía llegar Santomé. El viaje copero del Murcia ya estaba más que finalizado.

Dentro de la depresión, todavía tuvo tiempo el Murcia de regalarse una buena jugada en la que Elady llegó a regatear a Semedo, pero su centro de la muerte se encontró con los pies de un Chamorro que la estrelló contra el cuerpo del meta holandés del FC Barcelona. Los aficionados están viviendo un curso tan decepcionante que un gol ante el Barça habría sido lo mínimo exigible para poder sacar al menos una media sonrisa.

Pero ya no hay sonrisas. Aunque falte el partido de vuelta en el Nou Camp el Murcia ya está prácticamente eliminado y el domingo visita la Nueva Condomina el Granada B. Y el Murcia solo ha ganado dos partidos en las diez primeras jornadas de Liga. Lo de jugar ante el Barça ya es una anécdota, toca pensar en cómo enderezar una situación de la que no se sale solo con cuarenta minutos de intensidad. El reto es conseguirlo ahora en Liga durante 90 minutos.