José Miguel Monje Carrillo, presidente de la Federación Murciana de Fútbol y una de las personas investigadas en la operación Soule, que ha terminado con Ángel María Villar en la cárcel y con hasta cinco presidentes de distintas territoriales a los que se está estudiando su posible inhabilitación por parte del Consejo Superior de Deportes, ya tiene un nuevo problema. La última noticia que salpica a un Monje Carrillo que, tras unas escuchas telefónicas que salieron a la luz ha sido uno de los principales investigados, se ha visto ahora involucrado en otro nuevo caso hacia su persona, toda vez que sigue en el aire que el presidente del Consejo Superior de Deportes, José Ramón Lete, se comprometió a iniciar rápidamente los procedimientos para suspender cautelarmente a los directivos imputados.

Así ayer, según publicaba El País en un reportaje titulado ' La millonaria red clientelar de Villar', en uno de los apartados vuelve a sobresalir la figura del presidente de la federación murciana, un organismo que desde entonces se ha impuesto la ley del silencio a la espera de que las máximas autoridades tomen una decisión sobre este tema.

«José Miguel Monje Carrillo, presidente de la territorial murciana, otro investigado, percibe ingresos de 2009 a 2015 de la Policlínica Murciana de Fútbol, participada al 100% de la citada federación, de 24.000 euros al año. A Monje, además, Villar le concedió (Ángel María Villar) un puesto remunerado en una comisión de la UEFA ocupado antes por Eduardo Herrera, presidente de la andaluza y opositor al dirigente vasco. El vicepresidente económico Juan Padrón, que fue encarcelado junto a Villar y su hijo Gorka, también habría obtenido beneficios millonarios a través de empresas vinculadas a él o a familiares o conocidos suyos, una de ellas la de la ropa deportiva Pony», relataba textualmente ayer este diario en un nuevo revés para un dirigente que lo más que ha hecho hasta el momento es dirigirse a sus asambleístas para negar que el cargo que le prometió Villar en la UEFA fuera remunerado, según Monje. El presidente de la Murciana vive sus peores momentos al frente de la delegación territorial tras trece años al frente de un organismo plagado de dudas y que está siendo investigado con lupa por la Justicia española.