Hace cinco años, con motivo de su séptimo cumpleaños, Patricia Rodríguez Ruiz pidió a sus padres que quería montar a caballo, gusanillo que le había picado a raíz de una serie de televisión ambientada en una escuela hípica, El club de la herradura, y que se convirtió en 'culpable' de que muchas niñas se iniciaran en la equitación.

¿Y qué pasó cuando Patricia probó la hípica? Que se olvidó de la natación, deporte que practicaba en ese momento, y de su afición por el baile. Dejó a un lado todas las actividades que había realizado hasta ese momento porque este deporte le había encantado y era donde había encontrado su sitio.

Montar a caballo es especial, ya que se aúnan el ejercicio físico -se ejercita todo el cuerpo-, los animales y la naturaleza, por lo que se convierte en un cóctel precioso y muy beneficioso en todos los aspectos.

La pequeña gran amazona se fue adentrando poco a poco en este mundillo, probó y compitió en salto de obstáculos y doma clásica, y se quedó con esta última disciplina. Hace cuatro años empezó a entrenar con el que a día de hoy es su profesor, Paco Ríos, en las instalaciones que éste regenta en Alguazas (Centro Ecuestre Paco Ríos). Su mentor la define como una niña muy disciplinada, humilde, amante de los caballos y con muchas ganas de aprender y progresar.

Con el paso del tiempo, Patricia Rodríguez fue necesitando un caballo que le permitiera lucirse, y así fue como llegó el otro protagonista de esta historia: 'Casper'. Se trata de un poni con genio, de edad avanzada (21 años cuando lo normal es que un caballo se retire de la competición rondando los 18 años), pero su espíritu y su salud son de hierro pese a que hace un año perdió un ojo.

Pero competir no era algo nuevo para 'Casper', que ya sabía lo que era ganar varios Campeonatos de España, el último de ellos el mismo año en que nació su actual propietaria. El poni se encontraba ya retirado de la competición, y por empeño y perseverancia de Paco Ríos, de los padres de Patricia y de la propia amazona, consiguieron convencer a su antiguo propietario para que se lo vendieran. Desde este momento, este binomio solo sabe superarse día a día, culminando su proyección con la medalla de plata en el Campeonato de España de doma clásica en la categoría de alevines, disputado a principios del presente mes de septiembre en el Centro Ecuestre Castilla y León, club que, por cierto, tiene un toque murciano, ya que lo gestiona el empresario Jesús Martínez, de la empresa Amtuna.

La doma clásica es una disciplina olímpica basada en la armonía entre jinete y caballo a través de la cual se realizan unos movimientos de gran dificultad que parecen indicados siguiendo un programa preestablecido en un texto llamado reprise. Los movimientos que el caballo ejecuta, aunque son naturales para él, requieren grandes dosis de entrenamiento y preparación del binomio; es por ello que Patricia y 'Casper' suelen entrenar una media de cinco días a la semana. Todo suma para que el equipo consiga los objetivos. Pero si hay algo que queda claro en esta pareja, es que 'Casper' es el rey, al que cuidan y miman constantemente llevándole zanahorias y manzanas. Además, Virtu, madre de la campeona y gran aficionada también a la hípica, es siempre quien lo prepara, mientras que Patricia le pone música a la vez que lo ensillan.

Los méritos alcanzados por Patricia Rodríguez le han llevado también a estar incluida en el Plan de Tecnificación de la Federación Hípica Murciana, que ha apostado por la joven amazona, y en el mismo programa que a nivel nacional desarrolla la Real Federación Hípica Española que dirige el olímpico Luis Lucio.

Ahora, tras un merecido descanso, tanto Patricia como 'Casper' ya tienen la mente puesta en el Campeonato Absoluto de Murcia que se disputará en noviembre, donde este binomio luchará por revalidar su medalla de oro en la categoría alevín.

La hípica es un deporte muy costoso si hablamos de competición, pero con esfuerzo, disciplina y constancia, se puede volver de un Campeonato de España con una medalla de plata colgada al cuello y dejando el pabellón de Murcia bien alto. Ni más ni menos que once niños de nuestra Región se presentaron al concurso, lo que se traduce en que cada vez se están haciendo las cosas mejor y que la hípica es un deporte en auge.