Los aficionados de la Arthur Ashe se han quedado sin el deseado duelo entre Rafa Nadal y Roger Federer y tendrán que esperar un año más a que ambos puedan verse las caras en el único 'grande' en el que nunca se han medido por culpa de nuevo de un gran Del Potro.

Hace ocho años, el de Tandil, pujante ya a sus 20 años, se coronó casi de forma sorpresiva en Nueva York ante el de Basilea y frustrando una posible final con el de Manacor, al que arrolló en las semifinales por un triple 6-2. En esta ocasión, mientras que el español seguía con su camino hacia su tercera corona al batir sin problemas al ruso Andrey Rublev, el helvético no acudía a la cita al ser derrotado por el argentino en cuatro mangas.

Pese a que el triunfo de 'Delpo' ha servido para asegurar el número uno del diez veces campeón de Roland Garros, este tiene algunas cuentas pendientes con su rival, con el que se medirá por decimocuarta ocasión, con un balance favorable de 8-5 y por cuarta vez en un 'Grand Slam'.

Además de aquella dura derrota de 2009, hace poco más de un año, el tenista argentino, que ha pasado un largo calvario por una lesión de muñeca, cerró el camino hacia la final olímpica del tenista español, en ese momento también recuperándose de un problema en la misma articulación, tras un apasionante partido de más de tres horas y solventado por un ajustado 5-7, 6-4, 7-6(5).

El partido se vuelve a presentar con muchos visos de ser una dura 'batalla' en la pista. Nadal llega al alza después de comenzar con ciertas dudas y de ir recuperando su mejor tenis en los octavos y cuartos, rondas que solventó con autoridad y dejando claro de la importancia de minimizar sus errores no forzados y de encontrar la agresividad y efectividad de su 'drive'.

Y es que además de sacar bien, el primer cabeza de serie necesitará el mejor nivel desde el fondo de su mejor golpe, con el que debe mover a un Del Potro que está más castigado de piernas por el desgaste de sus duelos ante Federer y ante el austriaco Dominic Thiem, al que levantó un 2-0. Además, ya sabe que su rival va a cargar su juego sobre su revés para tratar de evitar el demoledor 'drive' del de Tandil, un auténtico 'cañón' que si coge ritmo puede decantar la balanza. Para ello, Nadal debe imponer el ritmo y hacer que el campeón de 2009 juegue lo más alejado de la línea de fondo. El tenista balear busca su vigesimotercera final de 'Grand Slam' y la tercera del año tras las de Australia y París