Se antoja prácticamente imposible tener un equipo compacto a mitad de agosto, más aún en un club de Segunda B con algún que otro fichaje más por caer. Ese es, sin duda, el aspecto al que el UCAM debe agarrarse para pensar en cuajar una buena temporada. El margen de mejora es muy amplio para una plantilla casi completada que, a día de hoy, necesita más tiempo para ganar en fiabilidad. No finalizó ayer el UCAM Murcia su preparación estival con las mejores sensaciones. El Alcoyano, un conjunto sólido, aguerrido y con chispa en la línea de ataque, derrotó 1-2 al equipo de Lluís Planagumà sin hacer grandes alardes.

Pese a que el UCAM buscó adueñarse de la posesión, dos minutos necesitó el Alcoyano para adelantarse en el marcador. En lo que en líneas generales fue un mal partido de la pareja de centrales formada por Fran y Dani Pérez, un mal despeje entre ambos propició el primero de la tarde para los de Alcoy. Mariano, que se quedó totalmente solo ante Germán tras ese regalo, vio como el meta del UCAM atajó en primera instancia. El balón quedó franco tras el rechace en las botas de Álvaro García para que este, con una sutil vaselina, superase a Germán firmando un gol de bellísima factura. Pese a que los de Planagumà eran incapaces de enarbolar una buena jugada, otro error en un despeje propició un nuevo tanto, en este caso a favor de los locales. Tras un saque de esquina que la zaga del Alcoyano no atinó a despejar, Matheus consiguió facilitar un buen pase a Arturo, que en el vértice izquierdo del área chica, se alzó sobre el resto para batir a Bañuz con una imperial chilena.

Acto seguido, Góngora volvería a hacer de las suyas a balón parado. En el minuto 30, una falta lateral del capitán hacia el segundo palo se enroscó de tal manera que terminó por estamparse en la madera. El Alcoyano, con las líneas bien juntas y sin sufrir en los balones largos a la espalda que el UCAM planteaba como principal baza de peligro, se mostraba sólido achicando espacios. La presencia de Urko Arroyo en banda se convirtió en lo mejor del UCAM, tanto antes como después del descanso. Sin duda, un futbolista distinto que podrá hacer olvidar lo que aportaba Nono en el equipo universitario.

En la segunda mitad, el UCAM recobró la templanza y se adueñó del balón. David López ganó peso y los extremos agitaron el ataque con su movilidad. Fruto de ello, en el 54' Urko Arroyo arrancó por la derecha para filtrar un pase con el exterior de la bota a Marc Fernández. El catalán, tras dibujar la diagonal, se plantó dentro del área para disparar demasiado cruzado sobre el arco defendido por Bañuz. Pero el Alcoyano, tras superar la hora de partido, mostró sus mejores credenciales para desdibujar por completo al UCAM. Pudo hacer el segundo el zurdo David Torres, que, con mucha clase, golpeó el esférico en una falta lejana que propició la palomita del meta del UCAM, Germán Parreño. La salvó en la misma escuadra.

Ya en el 68', Planagumà introdujo cambios y varió su dibujo, un 5-3-2 que dio paso a una línea con Fran Pérez y Rafa Páez como pareja de centrales y con Dani Pérez actuando como líbero. Un experimento nefasto que propició dos ocasiones claras para el Alcoyano. Álvaro García no aprovechó una salida de balón defectuosa de Dani Pérez, pero en la siguiente jugada, un buen centro desde la izquierda de José García fue perfectamente controlado por David Torres en el punto de penalti. La presencia de tres centrales no incomodó al atacante del Alcoyano, que la bajó y con su zurda conectó un disparo a bote pronto que se alojó en la escuadra de Germán. Diez minutos duró el experimento. El técnico rearmó la zaga y dio seguridad al centro del campo con un Luis Castillo que sentó de maravilla al equipo. En las ocasiones posteriores, más por empuje que por imaginación, ni Moukam, ni Arturo ni Quiles consiguieron ver puerta. Sin tiempo para más, a una semana para el arranque en Granada, Planagumà aún tiene mucho trabajo por hacer.