Los filiales son amados a la misma vez que odiados. Nunca sabes qué te vas a encontrar cuando al otro lado de la línea de cal aparece un once plagado de jóvenes promesas cuya visión, en la mayoría de los casos, es muy distinta a la del resto de futbolistas. Su filosofía de juego y su edad poco tienen que ver con la de cualquier otra plantilla de la categoría. Pero también es cierto que hay maneras y maneras de confeccionar un filial, y en el Valencia, desde el pasado verano, apostaron por una filosofía en la que la formación está unida a los resultados. De ahí, que Curro Torres, que un curso antes había trabajado por la permanencia en Segunda B, quisiese dar un paso más. Y para ello no dudó en servir en el mismo plato dos ingredientes que, a priori, no parecen combinar cuando hablamos de un equipo B, pero que en el Valencia Mestalla ha permitido dar un salto imposible en los últimos años.

No solo consiguieron colarse en el play off de ascenso, sino que en la primera ronda eliminaron con solvencia a un Celta B que acumulaba elogios por donde pasara. Y ahora, el Valencia Mestalla se cruza en el camino de un Real Murcia que quiere seguir con su marcha triunfal desde la llegada de Vicente Mir, un entrenador al que los nombres que encontrará en la alineación valencianista no le sonarán extraño, y es que durante la temporada 10-11 se sentó en el banquillo del filial ché.

«Es un equipo fuerte en ataque y vulnerable en defensa». La opinión de los técnicos cuando hablan del Valencia Mestalla es clara, aunque tampoco difiere mucho de la definición que darían para cualquier filial. Por ello, por primera vez en muchas jornadas, la defensa del Real Murcia tendrá una verdadera prueba de fuego, en la que estarán obligados a establecer una vigilancia de grado máximo para no perder de vista a futbolistas como los laterales Nacho Vidal y Lato, y los extremos Nacho Gil y Sito. A través de ellos, Curro Torres ha logrado que su equipo alce el vuelo y se cuele en la segunda ronda. Teniendo en cuenta el potencial de las bandas valencianistas, a Pumar y Juanjo, que con toda seguridad volverá al once, les tocará meter una marcha más. La relajación tampoco será posible para Golobart y Josema, que ante sí tendrán al murciano Rafa Mir, un delantero que destaca por la velocidad, la potencia y el remate. Y junto a todos los cachorros a los que Marcelino ya está siguiendo con el objetivo de hacerles un hueco en la pretemporada del primer equipo, el Real Murcia se enfrentará a dos futbolistas que no tienen el perfil de jugadores de un filial, pero con los que Curro Torres ha logrado dotar a su plantilla del caché necesario para competir en un grupo tan complicado como el III. Ellos son Aridai Cabrera (28 años) y Quim Araujo (29 años). El delantero canario y el centrocampista catalán son los encargados de aportar equilibrio, convirtiéndose en los líderes a seguir.

Ese equilibrio entre veteranos y noveles se refleja sobre todo en la delantera. Y es que junto a Aridai, cuya participación el domingo está en duda por unos problemas musculares que ya impidieron al canario disputar la eliminatoria frente al Celta B, aparece un chaval de 19 años como Rafa Mir que ya sabe lo que es debutar tanto en Primera División como en la Champions League. El de Javalí Viejo, que entrena habitualmente con el primer equipo, no pierde el tiempo mientras espera hacerse un sitio en los corazones de los aficionados de Mestalla. Y es que en Segunda B ha firmado unos números 'top': 9 goles y 10 asistencias.

Todos ellos, a la vez que convencen a Marcelino para que les dé una de esas oportunidades que no se pueden dejar pasar, intentarán ser el verdadero quebradero de cabeza de un Murcia que deberá tirar de presión en el centro del campo y de seguridad defensiva para que Simón Ballester no sufra más de la cuenta. Eso sí, cualquier robo de balón de los murcianistas y las salidas a la contra pueden ser determinantes para decantar la balanza del lado grana.