Los talentos estudiosos del fútbol se estrellarían si tienen que analizar el ascenso del Lorca FC al fútbol profesional. Todo lo contrario a cómo se tienen o deben hacer las cosas en una entidad deportiva que quiere llegar arriba, se ha podido ver en el club lorquino.

Desde que en noviembre del 2015 el chino Xu Gembao compró la Hoya Lorca por casi un millón de euros, han pasado muchas cosas, la mayoría de ellas alejadas de lo que se hubiera denominado una gestión al uso. Pero ahí está. A partir de ahora quizá sea así como deba hacerse.

El Lorca FC también ha creado estilo. Esta temporada es la primera obra de Gembao, un hombre más de campo que despacho. La anterior todavía era una herencia, eso sí, sin deudas. Mandan sus supersticiones, lo que captan sus sentidos, sus sensaciones.

Lo primero que hizo Gembao cuando vino a Lorca fue aperturar una cuenta en una entidad bancaria de la céntrica calle Corredera con unos cuantos millones de euros. Primera clave: había dinero para hacer un gran proyecto.

Las mismas personas que comisionaron la compra del club Joaquín Romeu y Bin Wan pasaron a ser dos de los pocos consejeros de la Sociedad Anónima Deportiva y empleados de Gembao. No parece muy normal. Estos ficharon a Paco Zaragoza para que confeccionara el proyecto deportivo.

Zaragoza conformó una gran plantilla con jugadores muy contrastados. El inquilino que empezó en el banquillo, Iñaki Alonso, fue cesado en la cuarta jornada. Los resultados no eran buenos y lo que vio Gembao en pretemporada tampoco le sedujo. Gembao también quitó a Zaragoza las responsabilidades del primer equipo y solo le dejó el filial.

El empresario chino optó por Julio Algar, entrenador sin experiencia que lo estaba haciendo bien en el segundo equipo. Gembao le vio trabajar varias veces en los entrenamientos y le transmitió energía positiva; algo de lo que se fía mucho el mandatario oriental.

No había entrenador para el filial y alguien sugirió a Jorge Pérez quien acaba de licenciarse como técnico. Éste casi hace al equipo campeón del grupo XIII. En noviembre casi todos estaban de acuerdo que hacía falta entre 5 ó 6 refuerzos para el primer equipo.

Algar empezó a ganar partidos y cuando llegó enero, los dudosos habían mejorado y solo firmaron a los veteranos: Abel Gómez y el chileno Pepe Rojas. Eso sí, a base de chequera. Paco Zaragoza salvó su ´mach ball´ particular y volvió como hombre importante del tema deportivo. Que alguien mire si estas cosas son normales o han ocurrido en algún otro sitio.

Algar cogió al Lorca en la decimoquinta posición y le colocó líder hasta que llegó su particular crisis de resultados coincidiendo con la ausencia de Gembao que se había marchado a China. El Lorca perdió el colchón de puntos que tenía sobre el segundo y su dueño destituyó a Julio Algar desde Sanghai. Los finiquitos de los técnicos cesados no suponían problema alguno.

Gembao no conoce entrenadores ni jugadores en España, pero es un enfermo del fútbol. La premisa para firmar al tercer técnico de su proyecto no era otra si no un entrenador duro con experiencia. Romeu y Zaragoza pensaron en el gallego David Vidal, quien estaba pescando y buceando en Cádiz. El veterano entrenador ha terminado con tres victorias y cuatro empates. Pero ha sido el mister del ascenso.

Mientras tanto se lesionaron de gravedad los dos delanteros goleadores Manu Onwu y Rafa Chumbi. Tampoco fue problema para firmar dos atacantes en su puesto. Zaragoza tiró de libreta y firmó a Matheus del Granada B que solo ha jugado tres ratos y ha marcado un gol; y a Manel, del Llagostera, que solo lo ha hecho en los dos partidos del play off ante el Albacete.

Los tropiezos del Cartagena también han sido clave para que el Lorca acabara como campeón. Un mes antes ya estaba clasificado para el play off. Gembao había logrado sus dos primeros objetivos. Quedaba el definitivo.

En lo institucional, el Lorca FC ha entrenado toda la temporada a ciento cuarenta kilómetros de Lorca, en San Pedro del Pinatar. Los jugadores fijaron su residencia por aquella zona y no han sentido el calor de los lorquinos. Los primeros siete partidos como local los disputaron en Pinatar Arena. Sin apenas socios y sin masa social. Desde el Ayuntamiento tampoco había respaldo. El que hasta la pasada semana ha sido concejal de Deportes, Juan Francisco Martínez, ya se encargó de que el Lorca FC tuviera todas las trabas posibles para poder entrenar en Lorca. Hasta en la víspera del ascenso pusieron pegas. Nunca ha creído en este proyecto y ha intentado hasta las últimas consecuencias convencer a los de su entorno, incluido el también ex alcalde Paco Jódar.

Y a todo esto llega el sábado. Las taquillas del Artés Carrasco lucen el cartel de entradas agotadas. Ocho mil almas llenan por vez primera en los 14 años de historia el recinto lorquino.

La afición de Lorca se volcó con el equipo desde el minuto uno. Como si hubieran estado dormidos durante mucho tiempo, despertaron y de qué manera. Al final, el delirio con la consecución del ascenso. Seis mil personas, porque las otras dos mil eran de Albacete, corearon el nombre de Gembao.

En una semana, en un partido, el fútbol lorquino se había dado la vuelta coincidiendo también con el cambio de alcalde, ahora es Fulgencio Gil y el del concejal de Deportes, ahora es Juan Miguel Bayonas. La relación Ayuntamiento-Lorca FC va a cambiar.

Si hay alguien que admite haber tenido todo esto en su guión, su mente debe ponerla al servicio de la ciencia lo antes posible.

Sin duda, el éxito del ascenso es de los jugadores. Ellos hicieron una piña desde el inicio de temporada. Se aislaron de todos los inconvenientes han conocido a tres técnicos, pero la impresión de puertas del vestuario para adentro es que han estado siempre huérfanos en el banquillo. Los pesos pesados de la caseta son los que han dirigido la orquesta y si había un desafino que no se notara.

Eso sí, han cobrado 135.000 euros en primas a repartir y van a cobrar 15.000 euros por cabeza por el ascenso, además de los sueldos

Con Romeu, director general, más tiempo en Madrid que en Lorca, Gembao a caballo entre Sanghai y Lorca, también es de justicia darle un plus importante a los empleados, Pedro Cazorla, Lucas García y Javier Jaén. Ellos solo saben todo lo que ahí dentro se ha cocido en un club, muy, muy particular.

Todo lo que bien acaba, ¿está bien? Será.