A falta de que llegue el Verano, el Real Murcia ya se ha puesto a entonar el famoso 'Despacito' de Luis Fonsi que tantos récords está batiendo y es que la afición del conjunto grana se está tomando con cierta calma la venta de entradas para el choque de vuelta del domingo en Nueva Condomina ante el Pontevedra en el que los pupilos de Vicente Mir pueden finiquitar el pase a la ronda de semifinales del ascenso a Segunda División. Sin embargo, a pesar de que la entidad no ha hecho oficial todavía ninguna cifra concreta de entradas, ayer al cerrar las taquillas se rondaban las 2.000 localidades vendidas, aún teniendo en cuenta que quedan seis días para poder comprarlas.

Sin embargo, lo que no quieren encontrarse los nuevos dirigentes murcianistas es que el famoso tema del cantante puertorriqueño se alargue demasiado en el tiempo y que tenga consecuencias, ya que hay algunos condicionantes que preocupan y que pueden afectar al espectáculo del domingo. El hecho de que el Murcia dejara prácticamente vista para sentencia la eliminatoria marcando tres goles en el campo de un Pontevedra que no ha ganado lejos de su público desde el mes de marzo, unido al malestar generalizado que se ha impuesto entre los aficionados porque los socios tengan que rascarse el bolsillo para el play off pagando entre diez y veinte euros, son factores de mucho peso que podrían inclinar la balanza del lado de los que solo están dispuestos a soltar dinero en caso, por ejemplo, de que fuera la última eliminatoria.

Del contundente resultado del choque de ida con el 1-3 no tiene culpa nadie ni mucho menos puesto que los jugadores y el cuerpo técnico hicieron su trabajo a la perfección, pero está claro que tener que pagar para ver un rival que todos vieron por televisión lo que es capaz de ofrecer y una eliminatoria que para que los gallegos tengan opciones de remontar necesitan un milagro en toda regla ante el Murcia actual, pueden mermar a una afición que sigue de uñas con las decisiones de su nueva cúpula, y así lo está demostrando con el pausado ritmo de venta de entradas.

Y es que el tema de la afluencia a Nueva Condomina va a pasar una prueba de fuego y una especie de test de fidelidad a los seguidores dentro de seis días, a las siete de la tarde, cuando comience el encuentro ante el cuarto clasificado del Grupo I de Segunda B. Desde que la centenaria entidad anunció tras finalizar el choque ante el Extremadura en la última jornada de Liga que los socios tenían que pasar por taquilla para el play off, desde ese momento, fueron muchas personas las que a través de las redes sociales pidieron una reducción en el precio y dar marcha atrás al considerar «excesivo» cobrar 10 y 20 euros a unos seguidores que desde el pasado mes de agosto decidieron apostar por unos colores que siguen siendo los mismos, aunque ahora los intereses del club estén en manos del extremeño Raúl Moro, el nuevo presidente desde la última junta de accionistas celebrada en el mes de diciembre.

Sin embargo, desde el Murcia han dejado bien claro por activa y por pasiva que «quien quiera ver el partido pagará y quien no se quedará en su casa», por lo que idea de dar marcha atrás e imponer entradas simbólicas a cinco euros parece muy complicada, por no decir imposible. La única ventaja que tienen los socios es que, al mismo precio que su entrada, pueden retirar otras dos localidades más pagándolas, una especie de gesto que no ha conseguido hacer sonreír a una afición que lleva viendo como Raúl Moro y sus colaboradores llevan regalando miles de entradas desde el mes de enero, una idea que en mayor o menor medida ha devaluado un poco el precio de una entrada para ver a la entidad deportiva más importante de la Región, más todavía tratándose de un play off de ascenso.

Teniendo en cuenta que en Nueva Condomina caben 32.000 espectadores, van a tener que cambiar mucho las cosas para que Nueva Condomina se engalane de lujo para una cita de estas características. Algunos aficionados no se lo van a perder por nada del mundo, es evidente, pero otros van a esperar a rascarse el bolsillo hasta ver si el Murcia alcanza la última ronda, único momento en el que la importancia de la cita justificaría los precios que tanto malestar han generado entre la fiel parroquia murcianista. Y la sensación actual es que los dirigentes granas ya pueden darse por satisfechos si son capaces de reunir seis o siete mil aficionados, salvo que alguien tire de lógica y para este choque concreto reduzca un precio considerado por muchos «excesivo».