La mejor manera de entrar en la fase de ascenso es con una victoria en casa y ofreciendo la sensación de que nadie te va a amilanar en la prueba crucial para ver si eres equipo de Segunda o no. El método adecuado para reconciliarse con la afición, y que ésta se anime durante la semana a comprar entradas para el encuentro del próximo domingo, es haber vencido sin problemas al Recreativo de Huelva, acabar tercero, de paso, y ofrecer a tu público la imagen de que en los momentos importantes eres capaz de dar la cara y sobreponerte a las adversidades.

Pero el FC Cartagena ha entrado a la fase de ascenso casi de puntillas, arrancando un empate sin goles frente a un rival que nada se jugaba y que llegó al Cartagonova con muchas novedades en su equipo inicial y pocas urgencias para llevarse los tres puntos.

El bloque albinegro ha acabado en cuarta posición finalmente y lo ha hecho casi con la sensación de estar a punto de ahogarse si quedan unos pocos metros más para llegar a la orilla. Desde que retomó el liderato en la jornada trigésimo tercera (0-1 frente al Extremadura), no ha dado un palo al agua. Dos derrotas y tres empates que le ha hecho caer en picado en la clasificación y verse superados primero por el Lorca y luego por el Villanovense y Real Murcia. Un punto le ha separado del quinto y otro del tercero y aunque ahora todos quieren hacer borrón y cuenta nueva, los jugadores atraviesan una profunda crisis de identidad en su juego, que les afecta, claro está, a su estado anímico.

La afición, por su parte, no está nada contenta con lo que ha podido ver de este equipo en la segunda vuelta de la competición y aunque desde el club le piden que siga creyendo y apoyando en el momento clave de la temporada, no va a ser fácil hacerle revertir su opinión con encuentros como el que se pudo ver ayer en el Cartagonova ante el Decano.

El equipo suma su tercera semana sin marcar un gol en las últimas cuatro jornadas. Si antes se vanagloriaba de haber marcado en todos los partidos durante 21 jornadas consecutivas, ahora sucede lo contrario. Las rachas de Llorente, Cristo, Juanlu se agotaron y ante la ausencia de los delanteros, tampoco el resto ha podido o sabido tirar del carro.

Ante el Recreativo, con cerca de nueve mil espectadores en el recinto deportivo municipal, el bloque cartagenerista no solo tenía que ganar sino ofrecer su mejor versión posible, pero eso no sucedía y ahora hay mucho por estudiar y analizar en este estrecho margen de tiempo que ofrece la fase de ascenso. El equipo albinegro ha tenido serios problemas en la segunda vuelta contra los de arriba en su grupo, por lo que no se va a encontrar nada fácil con cualquiera de los segundos de los otros tres grupos -Racing de Santander, Toledo o Alcoyano-.

En el encuentro ante el equipo onubense un trivote formado por Rivero, Llorente y Hens fue el que alineó de inicio Monteagudo, por lo que Sergio Jiménez se quedó en el banquillo y Gonzalo Verdú retrasaba su posición al puesto de central ante la ausencia de Moisés, que no está aún para jugar. Limones regresaba, por su parte, al once tras su ausencia en el tramo final de la competición, mientras que el preparador optó por Germán como punta de ataque en detrimento de Arturo. Isi Ros y Artiles volvían a las bandas, aunque el primero no aguantó ni la primera parte, ya que fue sustituido en el minuto 38 por Arturo. El entrenador decidió situar entonce a Germán más caído a banda mientras que Arturo se convertía en la piedra angular del ataque cartagenerista.

Los albinegros salieron fuertes, como suelen hacer en casa y ya en el minuto 2 de partido Llorente lo intentó con un disparo que rechazaba un defensa para irse a saque de esquina. El Cartagena achuchaba en estos primeros minutos, dominaba y llegaba con cierta claridad, aunque no terminaba las jugadas con contundencia. Jesús Álvaro y Artiles centralizaron el juego de los locales por la banda izquierda, pero sus acometidas se quedaban en centros al área que acababan en nada o disparos demasiado imprecisos.

Ernesto, el interior izquierdo del Recreativo, fue el que más presencia tuvo en el ataque del conjunto onubense. Por él pasaban todos los balones de ataque y tocaba con rapidez y criterio, aunque tampoco el equipo de Avalos conseguía rematar la faena.

Pasado ese empuje inicial, al Cartagena se le vio más lento, por lo que el Recreativo tomó el balón y empezó a tocar con más frecuencia. Los locales estaban más nerviosos e imprecisos: Rivero no tenía balón y Llorente andaba también demasiado lejos de él, lo que suponía más descontrol y mucho menos dominio.

Germán no es un jugador que tenga la punta de velocidad para ganar al defensa ni que entre con contundencia al remate. Es más hombre de distancia corta con el balón, por lo que la mayoría de las veces sus intentos se quedaban en una carrera infructuosa o un balón interior al que nunca llegaba.

El entrenador decidió quitar a uno de sus carrileros, en este caso a Isi Ros. Isi no estuvo nunca entonado. Le faltó velocidad y claridad a la hora de marcharse con su habilidad característica. Además, no tenía la intensidad necesaria para ir a todas. El entrenador justificó su cambio aduciendo que Isi atravesó problemas estomacales durante la noche anterior.

De esta manera Germán quedó descolgado a la derecha, aunque luego se posicionaba como segundo atacante junto a Arturo. El Cartagena perdía, de esta manera, una banda y ganaba más presencia en el área.

En la segunda parte poco varió el panorama, porque el Recreativo bajó el nivel y prefirió salir a la contra y el Cartagena quería el balón aunque no encontró la manera de ser mejor que el oponente y buscarle las cosquillas por uno u otro costado.

Verdú lo intentó con un disparo de lejos y un libre directo que se marchó alto, al igual que sucedió con otra falta que tocó en la barrera obra de Óscar Ramírez.

El Cartagena no encontraba huecos y aunque se aplicaba bien y con contundencia cuando el balón pasaba su campo, por contra no tenía la misma fortaleza cuando era en campo contrario.

El equipo andaluz se limitó a dar la cara, conformarse con ese empate que le permite acabar la temporada sin perder y el Cartagena se conformó, finalmente, con una igualada sin goles que si bien no es la manera más airosa de salir de esta competición regular en la que ha permanecido muchas jornadas líder, sí que le sirve para seguir vivo, a pesar de una segunda vuelta para olvidar. Hoy se conocerá al rival y hoy empieza una nueva etapa para el equipo, que prefiere olvidar sus últimos tragos amargos.