Guillermo Martínez Abarca, presidente del Real Murcia hasta diciembre, apostaba el pasado verano por establecer una política de abonos en la que las tarifas se reducían notablemente. Los aficionados murcianistas que sacaran su carné a principios de verano incluso se aprovechaban de un descuento mayor, por lo que la mayoría de los siete mil abonados del club compraron sus butacas por entre 65 y 171 euros. Así, los peñistas, que tenían el precio más barato, podrían asistir a los 19 encuentros ligueros en Nueva Condomina por 3,42 euros cada uno de ellos; los que apostaran por el fondo norte, cada choque le saldría por 3,78 euros, y a los de preferente, 9 euros.

Nada más ponerse en marcha la campaña, los más fieles no tardaron en acercarse a las taquillas para renovar su carné. Al final, la entidad alcanzó los siete mil abonados, de los que cinco mil se mantuvieron leales desde un inicio, asistiendo a cada encuentro de la primera vuelta del campeonato pese a que los resultados no estaban siendo los esperados.

Sin embargo, con el paso de los meses, lo barato se vuelve caro, y eso es lo que ha ido sucediendo con el carné del Real Murcia. Y es que desde el pasado mes de enero los abonados de la entidad murcianista están viendo cómo otros aficionados obtienen gratis lo que ellos pagaron.

Desde la llegada de Raúl Moro al consejo de administración de la entidad murcianista, la política social de los nuevos responsables granas ha sido muy clara. De los nueve partidos en Nueva Condomina -contando el del domingo ante el Extremadura-, en seis de ellos se han regalado miles de entradas para aumentar la asistencia al estadio, una iniciativa que muchos de los abonados del club creen que les está perjudicando, ya que, como indican a esta redacción y han comentado por redes sociales, consideran que no solo les desfavorece económicamente sino que además se quejan porque en vez de beneficiar al abonado se está premiando a personas que en su momento no apostaron por el club. En respuesta, alguno de los integrantes del nuevo grupo gestor ha defendido que sí se les está beneficiando, ya que es a ellos a los que se les regala las entradas.

El fútbol gratis en Nueva Condomina se inició en enero. Con motivo de la Cabalgata de Reyes, el club repartía unas 4.000 localidades para el choque frente al Villanovense, aunque la iniciativa apenas se notó en la afluencia de público. Un mes después lo intentaban de nuevo. Aprovechando las fiestas de Carnaval, los responsables granas invitaban a todo aquel que acudiese disfrazado. Además, se entregaron unas dos mil entradas a los grupos del Cabezo de Torres. Frente al Córdoba B, el Mancha Real, El Ejido y Extremadura -encuentro del domingo- se ha intentado implicar a los abonados regalándoles dos entradas a cada uno. Incluso en el choque contra El Ejido, que se disputó en el fin de semana de las Fiestas de Primavera, se aprovechó el Entierro de la Sardina para repartir 50.000 invitaciones -solo diez mil tendrían validez-.

Al final, los abonados han visto cómo de los 19 partidos que se incluyen en su carné, en seis de ellos las puertas prácticamente se han abierto para que el que quisiera pudiese acceder de forma gratuita -en la FEPEMUR cada semana han quedado sin utilizar miles de localidades por la falta de demanda-. De hecho, si se resta esos choques a los carnés de fondo, que tenían un precio de 72 euros, el resultado es que al abonado el partido ha pasado de costarle 3,72 euros a 5,5 euros -de 9 a 13 euros en el caso de los socios de preferente-.

Peor negocio hicieron los pocos que acudieron a las oficinas para hacerse abonados en el mes de enero aprovechando la campaña lanzada por el club para la segunda vuelta. Aunque desde la entidad se han negado a facilitar la cifra de aficionados que adquirieron el carné en ese periodo, el número no supera los doscientos -muy lejos de los 1.791 que se hicieron en enero de 2016-. Esos doscientos se gastaron entre 40 y 100 euros, sin embargo de los 9 partidos de la segunda vuelta, al final seis han sido gratuitos.