­Puede que sí, o quizás no haya redención para el UCAM Murcia en Segunda División. Lo que queda claro es que la condescendencia constante a lo largo de la temporada a la hora de defender jugadas a balón parado aumenta considerablemente las posibilidades de descenso de categoría.

El choque ante el Numancia volvió a poner en evidencia las irrisorias prestaciones de un equipo inseguro cuando toca imponerse sobre los libretos de estrategia. Solo una actuación sobresaliente del guardameta de turno, ya sea Biel Ribas o Fernando, puede apaciguar un incendio imposible de sofocar. Ayer fueron Dani Calvo y su asistente Dani Nieto quiénes volvieron a evidenciar la realidad.

No fue ni el mejor ni el peor partido del UCAM de Francisco, ya que pudo rascar puntos de Los Pajaritos de no ser por la impotencia anotadora de Pere Milla. Tampoco fue el mejor partido del pichichi Jona, desconectado durante todo el duelo, o de un Nono sin opciones. De ahí que Francisco, técnico universitario, diera la vuelta a la tortilla para acabar el partido con un cuarteto atacante tan extraño como inédito: Natalio, el canterano Pipo, Mayoral y Pere Milla.

No le salió bien la jugada al entrenador del UCAM, que tiró de la chavalería para solucionarle la papeleta a los mayores.

La escuadra universitaria fue elevando marchas en su ritmo de juego con el paso de los minutos, ya que la precisión en el pase era inconexa en los compases iniciales. El Numancia encajonaba al equipo murciano en su campo haciendo daño por las bandas, con los peligrosos extremos Nieto y Mateu poniendo en aprietos en el uno contra uno a Tekio y a un Góngora que lideró en recuperaciones de balón a los suyos.

Se sacudió el UCAM ese dominio inicial con una clara ocasión de gol. Pere Milla, en el 16´, marró la primera que tuvo en el partido tras un regalo de pase de Iban Salvador. El mediapunta filtró entre los centrales, Milla se adentró en el área, y estampó la pelota en el cuerpo de Aitor al disparar centrado.

Tras esto, el Numancia puso las alternativas con serios avisos a balón parado. Dani Nieto, el encargado de ponerlas con toda la intención en el área, probó el lanzamiento olímpico primero y no encontró rematador después tras ver como el balón se paseó por delante de la portería. Con el guardameta del UCAM Biel Ribas aguantando esas embestidas, los universitarios también jugaron con esa opción.

Hugo Álvarez, en el minuto 32, probó a Aitor rematando de cabeza una falta lateral de Góngora. Tras un escorzo y un giro de cuello complicadísimos de realizar, el guardamenta numantino atajó el testarazo con una gran estirada arriba.

Pero en ese toma y daca a balón parado, el UCAM cayó noqueado como púgil más débil de la categoría en ese apartado. Dani Nieto la colgó con precisión al primer palo, el central Dani Calvo se elevó sobre todos los defensores, y remató con mucha potencia de cabeza para dar en la parte interna del poste y meterse en la portería. Era el golpe perfecto, justo antes del descanso y dejando patente la impotencia en el rostro de los jugadores: el hándicap de siempre, que desquicia a cualquiera.

Tras el hemisferio, llegaron las alternativas, pero el UCAM seguía siendo incapaz de ganar peso en el juego. No trenzaba jugadas, dependía de la creatividad de Salvador y Pere Milla, y el centro del campo se veía superado en cuanto el Numancia se aprovechaba de las transiciones rápidas o el juego directo.

Los locales aprovecharon su mejor condición para explotar la banda derecha y aprovecharse de la fatiga de un Góngora que no recibía ayudas de sus compañeros. A la hora de partido, Valcarce y Dani Nieto disfrutaron de sendos mano a mano clamorosos: en el primero se cruzó el disparo en demasía, en la segunda, Biel Ribas estuvo providencial achicando los espacios. Y entre medias, Pere Milla volvió a mandar al traste la oportunidad de igualar el partido.

La defensa local tuvo poco de numantina cuando ni Calvo ni Medina acertaron en el despeje. El delantero del UCAM, solo dentro del área y con la portería para él, solo fue capaz de disparar con el interior de la bota al centro, facilitando la parada del portero Aitor.

Sin que las alternativas de Francisco dieran frutos, pero siempre con la incertidumbre de un marcador escueto, el Numancia tomó las riendas de forma segura y amarró la victoria. El UCAM, que empieza a demostrar que sabe jugar contra los grandes a la vez que es incapaz de ganar contra los de abajo, ve pasar una oportunidad de verdaderos quilates de dejar medio cerrada la permanencia. El balón parado, una vez más, reventó el globo de la euforia universitaria.