Unai Albizua, central rápido y expeditivo, se ha consagrado como líder de la defensa del conjunto entrenado por Francisco, y vive un momento dulce desde la llegada del técnico almeriense. A diferencia de otros defensores más agresivos, al futbolista vasco solo se le han mostrado seis cartulinas en las tres temporadas que ha disputado en Segunda. Es todo un ladrón de guante blanco.

Casi 3.000 minutos disputados en 34 partidos de Liga. ¿Esperaba una temporada tan buena a nivel personal?

La realidad es que vine al UCAM para tener minutos y no sabía si iba a jugar tanto. En cada equipo que he estado ha sido para jugar lo máximo posible, aunque hay aspectos como las lesiones que no se pueden controlar, pero este año parece que me están respetando.

En las últimas siete temporadas, solo ha visto 17 tarjetas amarillas y 2 rojas. Números increíbles para ser central.

Es algo que me diferencia de la mayoría de los centrales, no me sacan tarjetas. Este año vi una roja contra el Valladolid, y no fue por una acción agresiva, simplemente corté un contragolpe como último defensor. No doy patadas a destiempo, tengo la capacidad de mantenerme frío en esas situaciones y no me dejo llevar por los impulsos. Yo lo considero bueno, aunque hay gente que siempre ha dicho que los centrales tienen que repartir (risas).

Siempre es difícil adaptarse al cambio de entrenador durante la temporada. ¿Qué tal asimiló usted ese hecho?

Es algo que viví en Tenerife y que en este caso me ayudó a asimilarlo antes. Es un proceso de aprendizaje que ahora me ha servido. Cada entrenador tiene sus cosas y a veces ese cambio es complicado, por aquel entonces estábamos en una situación que era peor imposible, y creo que Francisco encajaba muy bien con mi manera de ver las cosas.

Con Francisco el número de tantos encajados ha sido de 17 en 18 partidos, ¿cuáles son las claves de esos buenos números?

Los jugadores nos dimos cuenta de que teníamos que dejar la portería a cero, eso nos daría muchas más posibilidades de salir de la situación en la que estábamos. Nos hacían muchos goles, con mucha facilidad. Y nuestras opciones pasaban por corregir eso.

Francisco no es un entrenador que se caracterice por ser defensivo, pero el grupo sabía que para mejorar primero teníamos que ser más sólidos, y las cosas saldrían. Ha acertado y el equipo ha confiado en esa idea.

Uno de los cambios más reconocibles es una defensa adelantada en diversas fases de los partidos, con presión elevada. ¿Qué opina de esa táctica?

Cambia mucho a todo el equipo. La sensación que tenía el equipo era diferente a lo que nos pretendía transmitir Salmerón, nos sentimos más cómodos arriba, jugando hacia delante, yendo a buscar al contrario, y con Salmerón la idea era otra: esperar más, aprovechar los errores del contrario y salir a la contra. Yo creo que el equipo no llegó a convencerse de esa idea, y con Francisco cambió.

¿Cómo ha podido cambiar tanto la actitud de la defensa en tan poco tiempo?

Muchas veces está en la cabeza del jugador, en las del colectivo. Se nos exige al máximo y si no estás convencido de la idea, no estás a gusto al 100% y las cosas no salen, pues es difícil ser fuerte mentalmente. La llegada del míster nos ha inculcado una fuerza extra que antes no teníamos, recuerdo la imagen del día del Huesca, el equipo fue desastroso y dio sensación de equipo pequeño, que no se merecía estar en la categoría. Ahora tenemos fuerza, el equipo se ha recompuesto y quizá en otro momento no lo habría hecho. Sabemos que este camino nos va a llevar a la salvación.

¿Puede llegar a suponer un problema para el técnico tener a sus tres centrales tan enchufados?

Bendito problema si es así. El entrenador quiere tener esos problemas, es un trabajo complicado para él pero va a estar más contento, aunque tenga que darle mil vueltas a la cabeza. Saber que tiene jugadores como Fran, que llevaba dos meses sin jugar, y que juegue de esa manera contra el Tenerife y a gran nivel, yo creo que es para estar orgulloso de la plantilla.

Este sábado, duelo clave contra el Numancia. En caso de ganar, podrían superarles en la tabla. ¿Qué tal afronta el UCAM la jornada?

Con mucha ilusión. Es importante, pero más que por jugar contra el Numancia y pasarles en la tabla, es por poder sumar los tres puntos, seguir con la racha, y acercarnos un poco más al objetivo. Es inevitable mirar a los que tienes alrededor, pero dependemos de nosotros mismos.

El ataque del Numancia está muy mermado y están teniendo problemas para hacer gol. El bagaje en los últimos 11 partidos es de seis goles. Usted como defensa, ¿cómo valora ese hecho?

Están sin efectivos, aunque por ahí está Kike Sola. Pero no te puedes fiar, basta con que coloques a un jugador que no ha jugado mucho para que llegue y se salga. Tenemos que estar preparados para lo peor, y sobre todo ponerle ganas.

Nueve conjuntos se encuentran en un margen de cinco puntos luchando por la salvación. ¿Qué opina el vestuario y cuerpo técnico de que haya tantos equipos involucrados?

Yo creo que nos beneficia, cuantos más equipos haya más difícil lo van a tener los que están por abajo, muchos duelos directos? Esto nos facilita el trabajo. En los últimos años en Segunda está habiendo mucha igualdad, este año toca en la media tabla y zona baja. La experiencia me dice que hacer cuentas no es bueno, pero yo creo que con unos 50 puntos es posible que nos salvemos.

En el horizonte, Numancia, Lugo

Habiendo tantos equipos implicados es normal que nos enfrentemos a rivales directos. Esperamos poder conseguir el objetivo antes de llegar a las últimas jornadas, serían muy agónicas y no me gustaría vivirlo. Aunque tenemos que ser conscientes de la situación, y de que somos el UCAM y que es probable que en esas últimas jornadas nos juguemos todo.