­El camino hacia el éxito en cualquier disciplina deportiva está lleno de obstáculos. Para superarlos es necesario que se cumplan multitud de factores que, como la implicación y el talento, se aúnan para dar forma a la receta del triunfo que ha catapultado a numerosos jóvenes que desde niños soñaban con imitar a sus ídolos.

La personalidad del deportista es otro de los aspectos fundamentales y así se refleja en Carlos Alcaraz, un tenista nacido en la pedanía de El Palmar y que, a punto de cumplir los 14 años de edad, se ha hecho un hueco entre los mejores jugadores europeos de categoría infantil. El suyo es uno de los ejemplos de que el esfuerzo realizado suele llegar acompañado de una recompensa.

Los resultados logrados en lo que va de año (el más reciente el título conquistado a mediados de este mes en un torneo Serie 1 disputado en Oporto) no solo ensalzan su espectacular presente sino que también permiten vaticinar el brillante futuro que tiene por delante. No en vano, se le señala como el más claro aspirante a recoger el testigo de Nicolás Almagro, actual número 57 del ránking mundial de la ATP, como principal exponente de la Región de Murcia en el escenario tenístico internacional.