­El Racing de Santander no ha tardado ni un segundo en hacerse con los servicios de Víctor Alonso, que hoy se ha incorporado a la entidad santanderina para asumir las labores de director general. El madrileño se ha convertido en la gran apuesta de los responsables racinguistas, quienes, nada más conocer que había sido despedido por el Real Murcia después de dieciséis años en el club y seis como gerente, levantaron el teléfono para convencer al exmurcianista y sumarle a un proyecto que tiene como objetivo estar el próximo mes de junio en Segunda División.

Manuel Higuera, presidente del Racing de Santander, ha sido el gran valedor para la llegada de Víctor Alonso a la que a partir de ahora será su nueva casa. Hoy, durante la presentación del madrileño como director general del club cántabro, el mandatario señalaba que el exmurcianista es la figura idónea para «liderar la profesionalización de la entidad, un aspecto en el que se viene trabajando durante los últimos años y especialmente desde la llegada del Grupo PITMA -sociedad que está al frente de la gestión del equipo blanquiverde-». «Ha aceptado el cargo asumiendo una apuesta profesional y personal», ha añadido Higuera.

Víctor Alonso, que el pasado 28 de febrero recibía la carta de despido de manos de Deseado Flores, poniendo fin a una etapa de dieciséis años dentro de la estructura del Real Murcia -primero como responsable de prensa y desde 2010 como gerente de la entidad-, se ha mostrado encantado durante su presentación como racinguista. «Creo en el proyecto y quiero aportar mi granito de arena. Pienso que el Racing tiene un presente estable si se dan los pasos que quedan pendientes. Hay que terminar de estabilizar el club, seguir creciendo desde la profesionalización y para ello trataré de sacar el rendimiento de todas las áreas».

Y para conseguirlo, Víctor Alonso tirará de la experiencia que ha ido consiguiendo, sobre todo, en sus últimos años en el Real Murcia. De hecho el madrileño fue fundamental para mantener en pie a la entidad grana tras el fallecimiento de Jesús Samper, convirtiéndose en el hombre clave de la aprobación del reconvenio de acreedores. Pese a sus grandes logros, el madrileño fue apartado de sus funciones de director general a finales de diciembre, cuando Raúl Moro asumió el control del consejo de administración. Tras tenerle dos meses sin poder ejercer sus labores, Deseado Flores, mano derecha del extremeño, comunicaba a Alonso su despido el 28 de febrero.