Comienzan a terminarse los calificativos para Jonathan Mejía. El delantero del UCAM Murcia, coincidiendo con la llegada del almeriense Francisco al banquillo universitario, ha elevado sus prestaciones a cotas excepcionales en los dos últimos meses.

Francisco, que precisamente desembarcaba en diciembre en la capital del Segura para reflotar a la escuadra azul y dorada, plasmó su concepto de juego a base de seguridad y confianza. Jona, que tras el mercado de invierno se convertía en el único delantero centro puro que se ha mantenido en la nómina del UCAM, fue de los que primero asimiló dicha idea futbolística. Los números dan buena fe de ellos y hablan por sí solos.

Doce partidos bajo la dirección técnica de Francisco ha necesitado el atacante para instalar la ´Jonadependencia´ en el UCAM Murcia. El equipo universitario ha delegado en el hispanohondureño de forma clara y contundente. Un dato que reafirma esa premisa es el número de minutos que ha disputado Jona desde el nombramiento de Francisco: un total de 1.059 minutos, con doce titularidades y siendo sustituido en solo tres de ellas, y en la recta final del encuentro. Jona solo se ha perdido 21 minutos, una muestra de lo esencial que es.

Pero si es esencial, no es por capricho del técnico. Seis chicharros, tres asistencias de gol, y provocar un tanto en propia puerta en doce partidos con Francisco. Ese es el sensacional bagaje que ha servido para ser artífice directo, con la colaboración del resto de sus compañeros, de 14 de los 18 puntos que ha cosechado el UCAM Murcia en dicho número de encuentros.

Y es que pese a que Francisco llegase casi en el ecuador de temporada, Jona ha necesitado un poco más de tiempo bajo las órdenes de su nuevo técnico para erigirse como líder de la ofensiva universitaria. Ha sido en las últimas siete jornadas cuando el frenesí y el éxtasis de Jona se han desatado: seis goles y dos asistencias de ese bagaje global mencionado han llegado ante Sevilla Atlético, Elche, Valladolid, Almería, Mallorca, Mirandés y Getafe.

La marcha de Juanma Delgado, que era su competencia directa, y la destitución de José María Salmerón erigieron a Jona como única apuesta personal del club, y el ex del Albacete no ha querido faltar a esa confianza. Todo balón aéreo va directo hacia él, fija a los centrales, recorta con clase y cabecea el esférico como sea. Defensivamente es el primer escollo y la punta de presión del sistema de Francisco, e incluso ha demostrado sus dotes como pasador. Y para sumar más prestaciones, es un seguro desde el punto de penalti y ha demostrado que, precisamente con eso, con confianza, no hay quien le tosa.

En resumen, todo este despliegue de recursos y grandes números materializados en las últimas semanas han servido a Jona para instalarse en la élite de la categoría. Con 10 goles en 25 participaciones, es el noveno máximo artillero de Segunda División. 16 tantos en Segunda con el Jaén, pero en una temporada que concluyó con descenso a Segunda B, es la mejor marca de Jona en el fútbol profesional.

Ahora, siendo un jugador más maduro y sacrificado en su oficio de cazagoles, espera poder ayudar al UCAM a mantenerse en la categoría de plata del fútbol español. Las cualidades estaban ahí y solo había que despertar a la bestia para verle campar a sus anchas por La Condomina.