Apenas habían pasado las cuatro y media de la tarde cuando apareció por Cobatillas para conocer a la plantilla y dirigir su primera sesión de trabajo Vicente Mir, quien en su primer día estuvo una hora encerrado con los futbolistas y el cuerpo técnico en el vestuario y que acto seguido comprobó en primera persona el estado físico de la plantilla con una sesión que, durante una hora, le permitió sacar las primeras conclusiones con la idea que ya trae de por sí en su cabeza el expreparador del Hércules de Alicante.

La sesión se realizó en los dos campos de Cobatillas alternando ejercicios, ya que en el primer tramo del entrenamiento se realizaron trabajos de finalización y como último test se llevó a cabo un partidillo en un terreno de dimensiones muy reducidas para trabajar la velocidad a la hora de mover la pelota. Durante este tramo de tiempo, Vicente Mir tuvo como guardaespaldas al excapitán grana Óscar Sánchez, hasta ahora encargado del departamento de metodología del fútbol base y que ya desempeñó esta función en las dos etapas de José Manuel Aira como entrenador grana. Ayer Óscar Sánchez estuvo los sesenta minutos pegado literalmente al nuevo entrenador del Real Murcia, casi seguro que ofreciéndole datos y detalles a pesar de que el excapitán, por sus funciones anteriores, apenas ha podido ver al primer equipo en la presente campaña.

En el capítulo deportivo, la jornada de trabajo dejó trabajando al margen por diferentes problemas físicos al lateral José Ruiz, al centrocampista David Sánchez, al extremo Elady y al atacante Sergi Guardiola, quienes estuvieron primero en el gimnasio y luego realizando trabajo específico.

Lo normal después de la destitución del entrenador sería haber visto alguna cara larga por parte de la plantilla, pero la realidad es que la destitución de Paco García tampoco ha supuesto un drama para unos jugadores que, hasta muchos titulares, habían dejado de creer en la idea del ya extécnico murcianista.

Otros, los que normalmente tienen menos minutos y son suplentes, sí que mostraron alguna sonrisa inocente y lógica por otra parte para algunos miembros de la plantilla que esperan tener más oportunidades que las que tenían con Paco García y que con el cambio de entrenador ven una posibilidad abierta que antes estaba cerrada. Vicente Mir es la última bala de una directiva que va con el tiempo justo de remontar el vuelo y que ha optado por un relevo en el banquillo.