La meta del UCAM CB Murcia durante el parón de las últimas dos semanas, por la disputa de la Copa del Rey, no era otra que recuperar parte de las señas que el pasado curso le llevaron hacia el éxito. Fotis Katsikaris, entrenador universitario, ha destinado unos días para que sus jugadores desconectaran antes de afrontar el último tramo de la temporada y muchos otros los ha empleado en recuperar la intensidad defensiva de la plantilla y en reajustar todo el ataque para encontrar un camino más efectivo hacia la victoria.

Ante el Betis, ayer, dio la impresión de que el reloj se había retrasado exactamente un año. El UCAM volvió a enseñar sus músculos en defensa y en ataque fue lo más letal posible repartiendo el protagonismo y la responsabilidad entre todos sus jugadores. Las intenciones del entrenador griego de recuperar todo esto fueron claras desde el principio cuando de inicio saltaron todos los jugadores que tuvo a sus órdenes el pasado curso. Excepto uno. Facu Campazzo, Benite, Rojas y Antelo formaron el quinteto inicial junto a Marcos Delía, pero fue la espléndida actuación de Nemanja Radovic lo que empezó a decantar el partido a favor de los murcianos.

El montenegrino, que ayer se convirtió en el jugador extranjero con más partidos disputados con el club en la ACB, finalizó el encuentro con 22 puntos, 6 rebotes y un 26 de valoración después de fallar solamente dos lanzamientos de los diez tiros de campo con los que concluyó el choque ante el Betis. Sin embargo, además de la exhibición de Radovic, la buena noticia del choque de ayer fue que el UCAM recuperó a más jugadores que hasta ahora habían aparecido a cuentagotas. Sobre todo a un Martynas Pocius, que firmó sus mejores minutos desde su llegada a Murcia tras superar hace unas semanas sus molestias en el tendón rotuliano de la rodilla y un Pedro Llompart que casi sin hacer ruido dirigió a los suyos a la perfección y finalizó con ocho asistencias.

Y eso que al UCAM le costó entrar en el partido. En los primeros minutos ambos equipos eran conscientes de la importancia del triunfo para poder escapar de la zona baja de la clasificación cuanto antes y el balón parecía pesar más de lo normal. A los universitarios les costó superar a la defensa de Zan Tabak, entrenador del conjunto andaluz, y Milosevic, Stojanovski y Lockett aprovecharon para adelantar al Betis en los primeros compases (7-11). Esto obligó a Katsikaris a solicitar tiempo muerto y con la entrada de Radovic el equipo murciano empezó a ver la luz.

Los visitantes ejercieron una presión constante sobre los bases del UCAM y fue el montenegrino quien comenzó a abrirse huecos por dentro y a hacer mucho daño por fuera con triples abiertos hasta que Billy Baron fue el encargado de igualar de nuevo el marcador sobre la bocina de los primeros diez minutos (17-17). Nada más arrancar el segundo cuarto, Radovic volvió a sumar una canasta y un tiro adiconal que colocó por delante a los universitarios. Fue entonces cuando apareció la versión de Pocius que todo el mundo esperaba y el lituano consiguió sellar la primera ventaja considerable (32-23).

No obstante, en este periodo también apareció Antelo, quien después de unas malas decisiones, anotó un triple punteado que le llenó de confianza para el resto de minutos. Una bomba de Campazzo, al que las faltas le castigaron demasiado, colocó la ventaja en once puntos (36-25) y aunque el Betis se resistía a arrojar la toalla, apenas daba señales de vida con Nachbar y Lockett. Los universitarios cuajaron un partido muy completo, pero también se toparon con una mala versión del equipo andaluz que volvió a mostrar los síntomas que parecía que había dejado atrás en la primera vuelta, y Vitor Benite consiguió los 14 puntos de distancia antes del descanso despuésde que Llompart repartiera cuatro asisentecias (45-31).

El triple de Baron con el que arrancó la segunda parte dejó claro que el UCAM no iba bajar la guardia, y junto al acierto de Campazzo y Pocius se abrió de nuevo la brecha (54-37). La eliminación de Nachbar tras su segunda antideportiva volvió a dar alas a un Radovic que fue un constante quebradero de cabeza para el Betis. El ala-pívot prácticamente hizo lo que quiso y la afición acabó coreando su nombre. Lockett se resistía a bajar los brazos para el Betis, pero los de Tabak estaban desquiciados y la renta superó los treinta puntos por momentos (76-51). En los últimos compases, con la entrada del yeclano Chumi Ortega y Olaizola, quien ya había entrado antes ante la carga de faltas de los interiores, el UCAM bajó alguna marcha y permitió que el Betis maquillase el marcador. Pero la victoria de los universitarios no corría peligro (92-80).