­Guillermo Fernández Romo ya no ocupa el despacho del director deportivo del Real Murcia. El madrileño anda ahora por Sabadell, mientras en Nueva Condomina Deseado Flores vive su primera experiencia como fichador. Los cambios no solo se han quedado en las oficinas. En el césped, la mayoría de las caras son diferentes. Paris Adot, Jaume Sobregrau, Álvaro Moreno, Jon Iru, Titi, Nacho Pérez, Germán, Borjas Martín y Wilson Cuero han desaparecido de la web oficial del conjunto murcianista para dar paso a los elegidos por el nuevo responsable de la dirección deportiva. Ahora, los ídolos granas son Juanjo, Borja Gómez, Josema, Alberto López, David Sánchez, Elady Zorrilla, Rayco, Pablo Aguilera, Víctor Curto y Sergi Guardiola.

Pocos equipos se han permitido una revolución parecida en el mercado invernal. El cambio de piezas, que solo tiene como objetivo ascender sí o sí, ha implicado incluso poner fin el ‘modo ahorro’ instalado en la centenaria entidad en los últimos años. Con Raúl Moro en la presidencia han vuelto los pagos de traspasos, las comisiones y los contratos con fichas más propias de clubes de Segunda que de la división de bronce. Pero la clasificación, que es el termómetro oficial del fútbol, de momento no respalda al Real Murcia. Tampoco a Paco García. Ni a Deseado Flores. Sus números son igual de pobres que los conseguidos en la primera vuelta por un club en manos de gestores que, sabedores de la falta de liquidez para hacer frente a los pagos, no se permitían ni un alarde económico.

El nuevo Real Murcia, que sigue sin saber lo que es dormir en los puestos que dan derecho a jugar la fase de ascenso, ha consumido ya siete balas de la segunda vuelta de la competición. En ese tramo, los de Paco García han sumado diez puntos, con solo dos victorias en su casillero (Villanovense y Linense). Cuatro empates -Mérida, Jumilla, Melilla y Granada B- y una derrota completan las estadísticas de un equipo que, según reitera su entrenador jornada tras jornada, sigue «creciendo».

Pero los números se empeñan en desmentir de momento a Paco García y en cuestionar la necesidad de tantos cambios en la plantilla. Tampoco está demasiado claro, viendo la trayectoria, que los jugadores que ya no están no dieran el nivel, una idea que también defendió el preparador grana, ni que los nuevos hayan conseguido cambiar completamente la cara a un equipo que ha perdido las señas de identidad, donde la exigencia de ser primero estaba por encima de todo, y que cada semana que pasa es más conformista.

Y es que los diez puntos logrados por el Real Murcia en el inicio de la segunda vuelta son los mismos que se consiguieron ante los mismos rivales allá por los meses de agosto y de septiembre, cuando dio comienzo la competición en el grupo IV de Segunda B. En aquellas fechas que ya parecen lejanas, en las que el verano daba sus últimos coletazos y en el que la mangas largas de las camisetas todavía no eran necesaria, cerraba las siete jornadas iniciales con 10 puntos, después de tres victorias, un empate y tres derrotas.

Es cierto que, como dijo Paco García después del empate en Melilla, el equipo ahora no pierde, pero también es real que los murcianistas ahora tienen peor porcentaje de victorias. Mientras que en la primera vuelta ganaron a Lorca, Mérida y Granada B, actualmente solo han conseguido imponerse al Villanovense y al Linense. Y, otra diferencia, si los triunfos de la primera vuelta fueron con cierta solvencia -no se sufrió ni ante emeritenses ni frente a lorquinistas-, los de Paco García han tenido que pedir la hora en sus últimos dos encuentros ganados.

Contra el Villanovense se salvó por un gol en propia puerta de Wilfred -portero visitante- en el minuto 89. Por su parte, los granas lograron salvar el 1-0 ante la Balona gracias a que Ferrón estrellaba un balón en el palo -también le anularon un tanto por fuera de juego- en los últimos instantes.

Peor bagaje goleador

Desde que comenzase el curso, uno de los grandes problemas del Real Murcia, al margen de la incapacidad de Paco García para liderar el vestuario murcianista, ha sido la falta de gol de los granas. No solo ha fallado el olfato de los delanteros -ni Borjas ni Wilson Cuero dieron el nivel en la primera vuelta-, sino que los atacantes granas han sufrido jornada a jornada un sistema de juego que solo aparece en la cabeza del entrenador. «Fernández Romo hizo una plantilla competitiva para luchar por el objetivo, aunque falte gol. Le puede pasar a cualquiera», decía Paco García a mediados de diciembre, cuando el ahora entrenador del Sabadell todavía era oficialmente, aunque sin capacidad de decisión, el director deportivo del club grana.

Hasta en ese apartado, los números se han vuelto caprichosos, dejando, por ahora, en mal lugar al dueño del banquillo del Real Murcia. En los siete partidos de la segunda vuelta, los murcianistas, después de los fichajes de Elady Zorrilla, Rayco, Víctor Curto, Pablo Aguilera y Sergi Guardiola, han marcado solo cuatro goles a favor -dos de Curto, uno de Isi y otro anotado por Wilfred, meta del Villanovense en propia puerta-. Por su parte, ante los mismos rivales en el inicio liguero, los murcianos habían cantado ‘gol’ en siete ocasiones. Borjas Martín y Alarcón llevaban dos dianas, mientras que Titi, Golobart y Saura habían logrado una cada uno.