Imagínese que cada mañana acude a entrenar al gimnasio sabiendo la parte de su cuerpo que requiere más trabajo y la que está más fatigada. Dónde debe poner todos sus esfuerzos o intensidad y dónde no. Pues bien, algo así ocurre en la plantilla del UCAM CB Murcia. Afrontar dos partidos por semana es uno de los principales retos de los jugadores universitarios esta temporada. Con la primera participación en competición europea del club en su historia, este curso se presentaba como un desafío por las exigencias físicas que conlleva disputar dos categorías de primer nivel. Por eso, cuidar al detalle cada músculo o cada articulación de cada uno de los integrantes del equipo puede marcar las diferencias durante todo el año y, sobre todo, en la recta final de curso donde se suelen decidir un buen porcentaje de los objetivos marcados en pretemporada.

Cada mañana los jugadores del UCAM realizan el mismo ritual. Acuden al Palacio de los Deportes y se cambian en el vestuario. Sin embargo, antes de ponerse la camiseta de entrenamiento, deben colocarse una especie de chaleco que porta un GPS que funciona por mediación de acelerómetros y detecta todos los movimientos que realizan durante la sesión. Esta herramienta está siendo habitual durante los últimos años en otros deportes como el fútbol, pero en baloncesto todavía no se ha extendido su uso. El UCAM, junto al Barcelona Lassa y algún que otro equipo puntero en Europa, es uno de los primeros clubes del continente que realiza sus entrenamientos bajo este patrón, que contrasta con lo que ocurre al otro lado del charco, donde la inmensa mayoría de franquicias de la NBA utilizan asiduamente un chaleco muy similar y de la misma marca a los que portan los jugadores del conjunto murciano.

«Se utiliza un sistema de acelerometría porque en situaciones cubiertas el GPS a veces da errores. Se detecta cualquier posición tanto en el eje horizontal como vertical. Cuando un jugador corre, esprinta, salta€ La señal se manda por bluetooth a un receptor y de ahí al ordenador, donde se registra en tiempo real todos los datos de los jugadores en el entrenamiento. Al finalizar cada uno obtiene un informe en el que se puede comprobar la intensidad a la que han realizado los ejercicios, las tareas donde se han implicado más, quien recupera mejor€ y hacer comparativas entre jugadores», afirma Pedro Emilio Alcaraz, director del Centro de Investigación de Alto Rendimiento de la UCAM, quien añade que «la finalidad es medir la carga semanal de cada jugador en el entrenamiento y de esta forma gestionarla dosificando los esfuerzos».

Al contar la plantilla universitaria con un programa prácticamente personalizado, el porcentaje de caer lesionados o sufrir sobrecargas es mucho menor. «Esto permite una doble función, ya que por un lado te ayuda a establecer la carga de trabajo y también para temas de recuperación de dosificación. Pero, por el otro, ayuda a la prevención de lesiones musculares y articulares aunque aquí también intervienen otros muchos factores», explica Alcaraz. Todavía es pronto para obtener las primeras conclusiones a medio o largo plazo de su utilización en el plantel que dirige Óscar Quintana, ya que tan solo se acumulan un par de meses de competición. Sin embargo, ha servido para detectar algunos comportamientos durante las sesiones de algunos jugadores. «Hemos detectado que Campazzo se implica en las tareas con mucha más intensidad que sus compañeros. Eso puede ser positivo, pero también negativo a la hora de recuperar porque eso es casi tan importante como el entrenamiento. Él no recupera porque en el descanso entre tarea y tarea está constantemente activo realizando tiros u otros ejercicios. Otro ejemplo puede ser Sadiel Rojas, que también mantiene un nivel alto de intensidad pero la zona de recuperación la respeta», asevera el director del CIARD de la UCAM.

El conjunto universitario no descansa por Navidad, ya que el miércoles 28 de diciembre, a las 20.00 horas (Movistar +), visita al Fuenlabrada en una nueva jornada de la liga ACB. Durante estos días la plantilla murciana aprovechará para reajustar sus entrenamientos y mantener el nivel que desplegaron el pasado fin de semana en la victoria ante el Bilbao Basket, aprovechando que la segunda ronda de la Eurocup no arranca hasta el 4 de enero y teniendo en cuenta que el día 30 de diciembre se enfrentarán también al Estudiantes en la Liga Endesa. De nuevo, dos partidos en un intervalo de tres o cuatro días en los que la nueva arma del UCAM volverá a tener mucho trabajo.