«¿Dónde está el problema?» Esta debe ser la gran pregunta que se haga permanentemente en su cabeza Paco García, el entrenador de un Real Murcia que ha comenzado el campeonato liguero ofreciendo unas sensaciones agridulces que se han acentuado después de la dolorosa derrota del domingo en el campo del Jumilla. El máximo responsable del banquillo grana ofreció tras el último varapalo un par de pinceladas que dejan bien a las claras la cantidad de cosas que están pasando por la cabeza del preparador murcianista. «Hay que tener una intensidad que no hemos tenido», dijo García como primer dardo para sus jugadores, a la vez que también aprovechó el 'repaso' que les dio el Jumilla para hacer autocrítica: «Me voy con la sensación de que tengo que corregir y mejorar cosas y ver qué once nos va mejor para este tipo de partidos».

Si el entrenador es el primero en reconocer que el equipo careció de la intensidad necesaria en la última derrota y encima recalcó que le está costando encontrar un equipo que ofrezca buen rendimiento y mayor eficacia lejos de Nueva Condomina, los dos primeros lastres del nuevo Murcia los ha puesto sobre la mesa el propio García. Uno de los capitanes, el defensa Jaume Sobregrau, también achacó la derrota en Jumilla a la falta de intensidad como principal defecto, lo que viene a poner de relieve que todo el vestuario debe exigirse un poco más para que se vayan cumpliendo los objetivos.

Pero claro, no se trata solo de acertar en la alineación de un día ni tampoco todos los males del Murcia se pueden centrar en la falta de intensidad. No tener un once titular fijo, las malas prestaciones lejos de la Nueva Condomina, los constantes cambios en el centro del campo, el sitio clave donde parecía que este Murcia se iba a hacer fuerte, y que hasta la fecha se haya visto muy poco del brillo que se viene prometiendo desde el verano, son motivos que también tienen una parte de peso muy importante para explicar las causas por las que el Murcia marcha octavo en la clasificación general, con seis puntos en su casillero gracias a las victorias ante el Mérida y el Lorca, ambas en Nueva Condomina, ya que fuera se ha perdido todo lo que se ha jugado. Las derrotas en Liga en casa del Villanovense y del Jumilla, y también el patinazo en la Copa en el campo del Sanluqueño, sin que los jugadores de Paco García hayan sido capaces de marcar ni un gol todavía lejos de la capital del Segura, son los motivos que han arrojado un poco de incertidumbre sobre el nuevo proyecto de la plantilla murcianista.

Si encima el Murcia es un equipo que parte con la filosofía de tener la pelota y dominar los partidos, la parcela más importante para culminar esta tarea, el centro del campo, sufre modificaciones constantemente por parte de un entrenador que lo ha probado casi todo, ya que Paco García ha dispuesto ya cuatro centros del campo diferentes en cinco partidos. Adrián Cruz, Iru y Javi Saura lo hicieron ante el Mérida y el Villanovense. En la victoria ante el Lorca, los elegidos fueron Cruz y Saura con la novedad de Diego Benito por Iru. En Copa del Rey, el técnico probó una fórmula con dos hombres, Iru y Armando, mientras que en la derrota del domingo, García apostó por Iru, Benito y Adrián Cruz, otra combinación que tampoco resultó como tenía pensado el entrenador antes del partido.

La imagen del Murcia actual está lejos de la «armonía» que se buscaba en verano mientras se confeccionaba la plantilla. Paco García utilizó el mal estado del césped tanto ante el Sanluqueño como en casa del Villanovense para justificar en parte las derrotas, aunque la hierba del polideportivo de Jumilla dejó claro que el estado del campo ya no es una excusa para jugadores a los que se supone con tablas para no encoger la pierna en ningún campo de la categoría de bronce del fútbol nacional.