El UCAM, tras cuatro jornadas disputadas en LaLiga 1|2|3, sigue buscando su particular dorado. La victoria no llega, y será difícil que suceda si no se encuentran la ambición, el descaro, y sobre todo, a ciertos futbolistas que son los que verdaderamente representan el hambre por hacer algo importante con el equipo murciano.

El UCAM que ayer se midió al Elche representó en los últimos 15 minutos del encuentro la convicción necesaria para ganar partidos ante los equipos importantes de la categoría. Los universitarios no tienen excusa, ya que en sus dos duelos como locales ante Córdoba y ayer frente al Elche, coquetearon con la victoria sin llegar a rematar la faena. Y además, ante dos rivales de postín que se comportaron como dos equipos conformistas y rácanos. El pasado jueves, en Copa ante el Oviedo, el UCAM dio muestras de lo que puede llegar a ofrecer en la parcela ofensiva, aunque sigue flaqueando en la línea de atrás y no culmina ningún encuentro sin encajar goles.

El Elche necesitó demasiado poco para rascar un punto de La Condomina. Un centro desde la banda de Pedro, ex del Real Murcia, trajo consigo el único ´disparo a puerta´ de todo el partido para los ilicitanos. Y fue así porque no puede considerarse lanzamiento. Fran Pérez, central del UCAM de 1´90 de estatura, se complicó la vida de forma absurda ante el centro de Pedro y la presencia de Nino dentro del área, un menudo delantero de 1´69 metros. En su afán por despejar el peligro, remató hacia su propia portería ante la incredulidad de Biel Ribas. El testarazo picado fue inalcanzable para el meta mallorquín.

En ocho minutos, el UCAM tiraba por tierra la buena predisposición que se le podía apreciar sobre el césped. Ningún jugador del Elche, a excepción del talentoso Hervías en la banda izquierda, asumía riesgos ofensivos. El equipo dirigido por Alberto Toril se dedicó durante los 82 minutos posteriores al gol en propia puerta de Fran Pérez a mover el balón con calma e incluso parsimonia, desquiciar al UCAM, al que durante muchas fases del encuentro le costó oler la pelota, y replegar las líneas cuando no disponía de la posesión.

Salmerón, técnico del UCAM, vio como su plan inicial ofensivo buscando la movilidad de Natalio, Imaz y Pere Milla en punta de ataque se iba al traste con el tempranero gol. Pese a que Juande y Remón, doble pivote titular en el día de ayer ante la baja por sanción de Basha, ejercía de sostén y ancla entre todos los futbolistas universitarios, al UCAM se le apagaba la luz cuando tenía que asumir responsabilidades mayores en el área del Elche.

Guichón no aportaba en ataque, Pere Milla estuvo desacertado, Imaz no filtraba ese último pase necesario y Natalio, que empieza a demostrar que aporta mucho más desde la banda que como referencia, no rascaba bola en el área de castigo. Por parte del Elche, Matilla y Dorca se limitaban a contemporizar la posesión sin buscar profundidad en el juego. Solo Hervías, que volvía loco al ayer lateral diestro Kitoko (Tekio descansó), y los chispazos de calidad del exmadridista Álex Fernández, aportaron mínimos atisbos de luz en el ataque ilicitano.

El descanso sirvió a Salmerón para dar un golpe sobre la mesa y despertar a los suyos de un letargo incensante. Dio entrada a Jona y a Vicente, dos jugadores que ayer, al igual que en Copa del Rey, volvieron a demostrar que tienen que jugar en este UCAM para poder aspirar a cotas más altas. Aunque les costó entrar en el partido, ya que el Elche, liderado por Matilla en el centro del campo, empezó a bailar y marear a los universitarios, que únicamente perseguían el balón.

Este hecho propició la aparición de los primeros pitos de la temporada en La Condomina. Unos sonidos de viento y unas protestas que se sucedieron entre los minutos 55 y 65 ante la poca ambición y, sobre todo, el poco coraje que el equipo mostraba. El Elche, que demostró una y otra vez que solamente quería que transcurrieran los minutos mareando la pelota, se sentía excesivamente cómodo sobre el césped. Y finalmente, terminó por pagar su conformismo gracias al despertar de hombres como Natalio.

El atacante valenciano, como bien se puede comprobar, aporta mucho más partiendo desde detrás del delantero o acostándose sobre la banda. Su punta de velocidad y su desborde, acompañados del gran trabajo que Jona realiza entre centrales y jugando de espaldas a portería, les convierte en una dupla peligrosa y, sobre todo, productiva. Y entre ellos, nació esa ambición que embriagó al UCAM durante los últimos veinte minutos de partido.

Natalio puso, en el 67´, un buen balón de cabeza hacia el punto de penalti. Imaz le pegó mordida justo delante de Juan Carlos, sin poner en aprietos al meta del Elche. Y en la jugada de ataque posterior, el UCAM despertó de esos minutos aciagos gracias al tanto de Jona. Natalio fue el encargado de impulsar la nueva jugada que propiciaría el empate.

En el minuto 70, el valenciano recibió dentro del área, se internó por el vértice derecho, y disparó cruzado obligando a Juan Carlos a realizar una bella estirada hacia abajo. El balón salió con poca fuerza de su manopla derecha, y Jona, como buen delantero, supo anticiparse a la marca de José Ángel y remachar ese rechace hasta el fondo de las mallas con la cabeza. El UCAM aterrizaba en el partido, y la grada se enfervorizó gracias al primer tanto de Jona con la camiseta azul y dorada.

El siguiente hecho reseñable fue la entrada de Nono, que prosigue demostrando un apetito voraz por triunfar con el UCAM en Segunda División.

El Elche, no obstante, necesitó la bofetada del gol en contra para comenzar a mirar al arco de Biel Ribas. Producto de ello fueron los dos acercamientos siguientes, que aunque no fueron culminados con un lanzamiento a puerta, reflejaron el nerviosismo de la zaga del UCAM. Sendos balones en largo hacia Guillermo partieron la cintura a Kitoko, desubicado en el lateral derecho. No obstante, fue Fran Pérez el que enmendaría su error inicial ofreciendo sus credenciales: imperioso por alto, insuperable en el cuerpo a cuerpo.

Vicente casi repite desenlace

El tanto del empate, las buenas acciones defensivas, y la salida de Nono al campo en el minuto 75, casi, de nuevo casi, permiten sumar el primer triunfo en Liga de la temporada. Los universitarios supieron escapar de las arenas movedizas que a punto estuvieron de hundirles en el fango.

Un nuevo intento de Góngora desde el saque de esquina; una falta lateral rematada por Jona dentro del área que se marchó fuera por poco; y sobre todo, un lanzamiento ajustadísimo desde la media luna del área de Vicente que detuvo Juan Carlos con una estirada sublime, a punto estuvieron de llevar el delirio a la grada.

Una grada que hasta el momento se conforma con quince minutitos de buen ataque, y que saborea escasos momentos de alegría propiciados por su equipo.