El entrenador del Real Murcia tenía claro que el choque del sábado en Villanueva de la Serena iba a tener unos condicionantes concretos, como por ejemplo el mal estado del terreno de juego, y el propio Paco García se encargó de avisar a los aficionados durante la semana que, un equipo que trata de jugar siempre con la pelota y con mucha vocación ofensiva como es el suyo, iba a variar el guión para tratar de ser «más directo». Sin embargo, la primera prueba ha llegado bien pronto y le ha arrojado unos resultados poco alentadores al entrenador murcianista tras firmar una derrota en la segunda jornada del torneo liguero. Y es que el plan B de este Murcia, el de ponerse un poco el caparazón y cambiar el papel de protagonista por el de víctima, parce no sentarle bien a una plantilla que está confeccionada para tratar de hacer otras cosas, al margen de las circunstancias que se produzcan en cada partido.

De hecho, la victoria por 2-0 ante el Mérida en la primera jornada en Nueva Condomina, por momentos claro, sí permitió ver la idea de un equipo que no quiere que su rival se sienta nunca cómodo y el fruto de esa filosofía fue una victoria por la vía rápida ante un Mérida que pecó de pardillo ante un conjunto grana que exhibió más oficio y picardía para sentenciar el partido antes del descanso gracias a dos errores importantes del rival.

Sin embargo el sábado ante el Villanovense, después de anunciar el entrenador que su equipo iba a afrontar el partido con una directrices distintas a las de la primera jornada, más de uno pensó que podía entrar algún jugador nuevo en el once titular, puesto que el conservadurismo parecía que podía ser la auténtica apuesta de los murcianos. Solo hubo un cambio respecto al choque ante el Mérida, el resto fueron los mismos de hace ocho días. La única variación fue que el central Jaume Sobregrau dejó su hueco a Fran Morante, pero el Murcia seguía teniendo sobre el campo piernas con calidad suficiente como para haber rescatado, como mínimo, un punto. Sin embargo, cosas de la vida, si tanto Pumar como José Ruiz, los laterales del conjunto grana, fueron sobrados ante un Mérida que no les exigió, los atacantes del cuadro extremeño dejaron en evidencia a los dos carrileros murcianistas, sobre todo en una primera mitad donde los locales anotaron su gol con la inteligencia suficiente para saber protegerlo hasta el punto de que lo convirtieron en tres valiosos puntos para un equipo que tiene objetivos muy diferentes a los que tiene la entidad de Nueva Condomina.

La parte positiva es que el equipo no se encuentra en una mala dinámica y que, en el caso del partido del sábado, hay que dejarle el beneficio de la duda a un Paco García que, según él, estuvo muy condicionado a la hora de planificar el partido porque sabía de antemano que el terreno de juego no iba a ayudar en nada.

Contra las derrotas, la mejor medicina son siempre las victorias y el domingo llegará a Nueva Condomina un equipo montado a base de talonario, el nuevo Lorca FC, propiedad del chino Xu Gembao y dirigido desde el banquillo por el extécnico grana Iñaki Alonso. Los deberes están claros. La derrota de Villanueva solo se olvida, aunque nadie pueda borrarla del calendario, si el domingo el Murcia se acuesta con tres nuevos puntos, es decir, con seis en su casillero.