Lola Coello Maneiros, 16 años. Carmen Coello Maneiros, 13 años. Aunque sean solo dos adolescentes y aún no estén en la élite del deporte mundial, estas hermanas cartageneras acaban de proclamarse subcampeonas de Europa de vela y llevan varios años progresando a pasos agigantados. Todo queda en familia en torno a estas dos regatistas, que demuestran sobre el barco la complicidad fraternal que les une.

Con personalidades totalmente opuestas, ambas se complementan a la perfección mientras navegan. La tenacidad de la hermana mayor no choca con la impulsividad de la menor, sino que, al contrario, sirve para que superen mutuamente los momentos difíciles. Si una se presiona más de la cuenta, la otra la relaja. Si una se cae, la otra la levanta.

Lola y Carmen no son, ni mucho menos, las primeras de su árbol genealógico en surcar los mares. Su padre, José Coello, se proclamó campeón de España cadete en su momento, y sus tíos, Rocío y Javier, incluso ganaron un Campeonato del Mundo en categorías inferiores en esta disciplina. Aunque ello ayudó a que las hermanas Coello Maneiros se iniciaran en la vela, es su competitividad y su amor por este deporte lo que les lleva a continuar navegando tanto dentro como fuera de su tierra.

Llevan desde los nueve años entrenando en el Real Club de Regatas de Cartagena, que se ha convertido, a lo largo de las muchas horas de preparación y de competición, en su segunda familia. Como no podía ser de otra manera, fue la hermana mayor quien primero se inició en la vela allá por 2009. Carmen tuvo que esperar a 2011 para seguir su senda. Empezaron en la clase Optimist, pero pronto dieron el salto a hasta llegar a la clase L´Equipe, en la que están cosechando sus mayores éxitos como pareja. En 2014 ya quedaron terceras en el Campeonato de Europa y el año pasado sumaron su primer Campeonato de España. A finales del pasado mes de junio reeditaron el título de campeonas nacionales en Santander.

Con el propósito de subir al primer escalafón del panorama europeo llegaron las regatistas cartageneras a Italia. Sin embargo, en el Circolo Náutico de Loano, se quedaron con la miel en los labios. En un campeonato marcado por la escasez de viento, a las cartageneras se les escapó el título de las manos. Llegaron como líderes a la última regata, y el triunfo hubiera sido aún mayor de no ser por una salida fuera de línea. Sin embargo, Lola y Carmen tuvieron que conformarse con la medalla de plata, por detrás de las polacas Amelia Linowska y Julia Chmel.

Sin embargo, ni ellas ni nadie de su entorno pierden de vista la realidad. A pesar de que sigan cosechando triunfos tanto dentro como fuera de su país, Lola y Carmen no dejan de hacer las cosas que haría cualquier chica de su edad. La hermana mayor empieza este año el Bachillerato y es consciente de que tendrá que ser capaz de evolucionar en la vela sin descuidar sus estudios. Aunque tanto el Club de Regatas de Cartagena como el colegio les faciliten la vida a la hora de combinar ambas labores, su vida es mucho más ajetreada que la de cualquier adolescente.

A partir de ahora las cartageneras se enfrentan a una disyuntiva mucho más seria de lo que parece. Lola ya tiene 16 años, edad límite para seguir compitiendo en L´Equipe, mientras que Carmen aún puede continuar tres años más en esta clase. Su intención es seguir compitiendo juntas, pero se tomarán el tiempo necesario para discernir qué modalidad es mejor para ellas. «Si te equivocas al elegir la clase, luego te tragas el barco», afirma con rotundidad la madre de las chicas, Dolores Maneiros.

Nunca se sabe lo que les deparará el día de mañana. Quizás algún día lleguen a unas olimpiadas, quizás sigan cosechando éxitos en otras competiciones, quizás sigan ligadas a este deporte... O quizás su futuro sea completamente distinto. En cualquier caso, las hermanas Coello Maneiros seguirán navegando juntas y practicando aquello que les apasiona, siempre apoyadas por una familia que lleva la vela en las venas.