El UCAM Murcia se estrenará la próxima temporada en competición europea solo un lustro después de salir del 'infierno' de la LEB. En cinco años va a pasar de jugar en Los Barrios, una localidad a diez kilómetros de Algeciras, a hacerlo en Moscú antes grandes del baloncesto europeo. Pero para llegar a este punto, detrás, entre bambalinas, los gestores del club, con Alejandro Gómez a la cabeza, han tenido que hacer en muchas ocasiones encaje de bolillos para sacar adelante los proyectos y atraer a jugadores por menos precio de su coste de mercado. Este verano el trabajo se ha multiplicado por la complejidad que entraña disputar dos competiciones, la Eurocup con más nivel de la historia y la ACB, un hecho que ha pasado factura a algunos equipos del mismo estatus que el murciano.

El último lustro, el que ha llevado al club a marcar hitos importantes, como establecer en dos temporadas consecutivas el récord de victorias y disputar por primera vez los play off por el título, además de lograr una permanencia que siempre será recordada en la pista del Estudiantes, ha sido vertiginoso. Nunca antes el club había vivido un período de estabilidad tan largo, con la posiblidad de realizar proyectos a medio plazo gracias al respaldo de un patrocinador principal, la UCAM, que se terminó convirtiendo en propietario tras la salida de los hermanos Carabante, y al trabajo realizado en los despachos para pasar de seis a ochenta empresas patrocinadoras que aportan su granito de arena.

Desde la ya lejana temporada 2011-2012, la del regreso definitivo a la máxima categoría tras un curso anterior para olvidar, marcado por la improvisación, el club ha logrado traspasar a cuatro jugadores. Primero fue Vítor Faverani quien tras el ascenso se marchó al Valencia Basket a cambio de unos 300.000 euros. Posteriormente, tras un 'culebrón' con su pasaporte, la arriesgada apuesta por el base Joe Ragland resultó positiva, ya que el Cantú italiano se llevó al liberiano nacido en Estados Unidos por 250.000 euros. También en este lustro se vivió otro hecho histórico, ya que Raulzinho Neto se convirtió en el primer jugador en recalar en una franquicia de la NBA, Utah Jazz, procedente del club murciano. El brasileño compró su carta de libertad por unos 300.000 euros un año después de comprarlo el UCAM al Gipuzkoa Basket por 100.000 euros. Y el último componente del equipo en dar el salto a un grande fue el brasileño Augusto César Lima el pasado mes de enero. El pívot se marchó a cambio de unos 300.000 euros al Real madrid. Pero en ese camino, por contra, también se han dado inversiones que no han dado el resultado esperado como el base Josep Franch o Pete Mickeal, que llegó con la vitola estrella y rodeado de una gran repercusión mediática, pero el club solo sacó como rendimiento la publicidad que le reportó en el momento de su llegada.

Otra situación diferente se vivió con jugadores desconocidos o que habían perdido parte de su prestigio, como fue el caso de James Augustine, quien tras ser el máximo reboteador y el más valorado de la ACB con el UCAM, se marchó al Khimki de Moscú, club donde continúa y que también está inscrito en la Eurocup. El escolta Matt Gatens, que llegó al Palacio de los Deportes como 'rookie' de la Universidad de Iowa, ha tenido una carrera ascendente y en la actualidad es uno de los referentes del Limoges francés. El francés Kim Tillie, por su parte, encontró en el UCAM el trampolín para fichar por el Laboral Kutxa y ser internacional con su país, mientras que David Barlow, quien no entraba en los plantes del CAI Zaragoza, relanzó su carrera en Murcia. Casos similares han sido los de José Ángel Antelo, quien llegó al club desde la LEB, o Facundo Campazzo, que tras una temporada gris en el Real Madrid, se ha desatado en el club universitario, donde podría continuar su carrera el próximo curso otra vez en calidad de cedido. En el recuerdo también quedarán jugadores como Ime Udoka y Quincy Douby, trascendentales para salvar el descenso en 2012.

La única asignatura pendiente del club en este período ha sido asentar a un jugador de la cantera en el primer equipo, aunque han sido seis los chicos de la Región que han debutado en ACB, como Juanma Martínez, Adrián Méndez, Carlos Toledo, Juan Toledo, Juan Ballesta y José Ortega 'Chumi', quien continúa en la entidad. Sin embargo, la recuperación de un equipo en Liga EBA ha proporcionado un recurso más para atraer a jóvenes valores, incluso alguno de ellos de otros países que ya están integrados en la cantera.

Paralelamente al asentamiento del club ha ido el incremento de la masa social, superándose el pasado curso la barrera insalvable hasta el momento de los cuatro mil abonados, alcanzando los 4.189, lo que supone que en el último lustro la afición ha crecido un 44% -en la campaña 2010-2011 en ACB solo había 1.863 socios-.

Ahora, para que ese caminar por Europa no se atragante y sea placentero, el club está buscando los apoyos que le permitan incrementar su inversión en jugadores, un trabajo que se viene desarrollando desde que acabó el play off con el Real Madrid y que ha retrasado, entre otras cosas, el lanzamiento de la campaña de abonados.