Las treinta y ocho jornadas de Liga que se disputaron en los cuatro grupos de Segunda División B sirvieron, en primera instancia, para nominar a los dieciséis equipos -a los que posteriormente se sumaron otros dos procedentes de la promoción por evitar el descenso- que debían abandonar la categoría de forma directa. El plato fuerte se sirvió con la celebración de las eliminatorias de ascenso, las que enfrentaron a los campeones de cada grupo -que depararon el aterrizaje del UCAM Murcia y el Reus en Segunda División por la vía rápida- y las que finalizaron ayer con un final feliz para Sevilla Atlético y Cádiz, que también lograron el billete para el fútbol profesional.

Una vez que la temporada 2015/2016 ha tocado a su fin de manera oficial, llega el momento de analizar cómo queda el panorama de la Segunda B con vistas a un nuevo curso futbolístico. Tras la marcha del UCAM y el ascenso frustrado de Lorca Deportiva, Mar Menor, El Palmar y Águilas -éste último se quedó a un paso de abandonar la Tercera División- serán cuatro los conjuntos que representen a la Región de Murcia a lo largo de la próxima campaña: Real Murcia, FC Cartagena, FC Jumilla y La Hoya Lorca.

Junto a ellos estarán once equipos andaluces (Recreativo, Real Balompédica Linense, Marbella FC, Linares Deportivo, Real Jaén, Granada B y los recién ascendidos CD El Ejido 2012, Atlético Sanluqueño, San Fernando, Córdoba B y Atlético Mancha Real) y el norteafricano Melilla. Entre todos ellos suman dieciséis clubes, por lo que hace falta cuatro más para completar las 20 unidades de las que constará el Grupo IV. Así las cosas, todo apunta a que esos huecos se cubrirán con los exponentes que el fútbol manchego tiene en la división de bronce: Toledo, Socuéllamos, La Roda y el recién descendido Albacete Balompié, que esta temporada estará dirigido por el exentrenador murcianista José Manuel Aira.

Tampoco se antoja excesivamente difícil la distribución del Grupo III, en el que una campaña más Cataluña contará con una representación mayoritaria, con diez conjuntos (Sabadell, Badalona, L'Hospitalet, Barcelona B, Espanyol B, UD Cornellá, Lleida Esportiu, los recién ascendidos AE Prat y Gavá y el Llagostera, que no pudo mantenerse en Segunda División). Le sigue la Comunidad Valenciana, cuya bandera será portada por siete equipos (Villarreal B, Atlético Saguntino, Valencia Mestalla, Atlético Levante B, Alcoyano, Hércules y Eldense). Cerrarán el grupo los dos representantes mallorquines (Atlético Baleares y el recién llegado Mallorca B) y, presumiblemente, uno de los cuatro equipos de Navarra.

El Grupo I estaría integrado por los seis gallegos, los dos asturianos, el Racing de Santander, los siete representantes de Castilla y León, el Logroñés y los tres equipos navarros restantes.

En lo que se refiere al Grupo II, todo hace pensar en una unión entre los tres equipos extremeños, los cinco madrileños, los diez vascos, el Ebro de Aragón y el único club de las islas Canarias, el Mensajero.

La identidad de los ochenta conjuntos que militarán en Segunda División B ya está definida. Ahora llega el turno de que las territoriales, teniendo en cuenta las opiniones de los clubes que representan, resuelvan junto a la Federación Española un rompecabezas que sobre el papel se presenta complicado.