A falta de un filial que nutra sobradamente al primer equipo de jugadores con proyección, conjuntos como el FC Cartagena se han tenido que alimentar de otros futbolistas jóvenes llegados desde distintos puntos de la geografía nacional -algunos de ellos cedidos- para completar la baraja de sub-23 a las que están obligados por la RFEF.

Los hechos demuestran que de forma habitual el FC Cartagena ha cumplido con esta imposición fichando a futbolistas que han servido únicamente para rellenar las fichas de la entidad cartagenerista, ya que no porque no valiesen sino porque los entrenadores, al menos en Segunda División B, son muy poco propicios a utilizar a los jóvenes que despuntan, a no ser que se les vea que destacan por encima de la media.

Paco Belmonte decidió el año pasado traer a una serie de jugadores menores de 23 años a los que les sucedía lo que contamos ahora. Tan sólo Sergio Jiménez -la gran promesa de la cantera albinegra-, tenía su espacio en el grupo de futbolistas habituales cada jornada. El resto han comparecido casi como meras comparsas, porque su aportación ha sido más bien anecdótica.

El dueño del club se enfrenta ahora de nuevo ante esta tesitura, tener que fichar cinco jugadores amateur capaces de superar la barrera de la experiencia a través de la calidad.

Hicham, la gran apuesta

Dice Belmonte que hará una apuesta mayor, que quiere nivel entre los jóvenes y de ahí que pretenda invertir más dinero en esta faceta. El principal objetivo que se ha marcado el presidente del Cartagena es la contratación de Hicham Khaloua (San Javier, 1995) un delantero centro formado en la cantera del Cartagena que se marchó al Almería donde ha militado en las últimas cuatro temporadas. No obstante, está por ver la disposición del jugador y del Almería, con el que tiene contrato en vigor.

Los dirigentes albinegros buscan un lateral derecho, jugadores de banda y medios centros, además de una opción como la de Hicham, que reforzaría el ataque.