El tenis femenino español vuelve a reinar en la tierra de París. Roland Garros ha vuelto a poner en evidencia que es el Grand Slam talismán del tenis español. Ha sido gracias a la merecida victoria de este sábado de Garbiñe Muguruza, de solo 22 años, frente a la veterana Serena Williams, de 34.

La victoria de la española suena a relevo generacional, entre dos tenistas que practican un juego muy similar, ofensivo y potente. Con su triunfo, Muguruza ha recogido el relevo de Arantxa Sánchez Vicario, 18 años después del último de sus tres triunfos en París. Y mantiene alto el pabellón del tenis español, que con la retirada de Rafael Nadal por una lesión se disponía a sumar un segundo año consecutivo sin triunfo individual, algo que no sucedía desde principios de siglo.

Con esta victoria, el triunfo para Muguruza ha sido triple. Así, estrena su casillero de grandes, logra su primer título sobre tierra batida, el tercero de su carrera, y se asegura el puesto de número 2 del mundo cuando este lunes se publique la nueva clasificación.

"No tengo palabras para describir lo que siento"

, confesaba desde la pista Philippe Chatrier la tenista, pocos minutos después de haber derrotado a Serena Williams por 7-5 y 6-4.

Era su segunda final de un grande pero la jugó como si, a sus 22 años, no hubiera hecho otra cosa. Nada que ver con los nervios que le impidieron rivalizar con Williams hace poco menos de un año en el final de Wimbledon.

La victoria de Muguruza, sin embargo, no ha sido la única alegría para el tenis español. Y es que el pleno español en la jornada de este sábado lo completaron Feliciano López y Marc López al imponerse en la final de dobles del torneo a los hermanos Bob y Mike Bryan por 6-4, 6-7(6) y 6-3. Un nuevo éxito para el tenis patrio en el Grand Slam más 'español' del circuito ATP.