El Fútbol Club Cartagena de Alberto Monteagudo confirmó en Granada que está en su mejor momento de la temporada. Ayer encadenó su octava jornada, las mismas que lleva el técnico manchego en el banquillo, sin conocer la derrota. Y además, sumó su tercera victoria consecutiva. Un momento dulce el que atraviesa este equipo albinegro justo cuando llega el sprint final del campeonato. Con la salvación ya garantizada, ha llegado el momento de mirar más arriba y de al menos conseguir una de esas plazas que dan derecho a jugar la Copa del Rey, un premio menor si se tiene en cuenta que la plantilla se confeccionó con la mirada puesta en jugar un play off que hace muchas jornadas dejó de ser una meta.

Los albinegros se encontraron con un Granada B que está pidiendo que se acabe cuanto antes el curso. Parece que la falta de ambición de los granadinistas puede ser un hándicap muy en contra para acabar en la posición más alta posible, que ya sería el quinto puesto. Ante un rival mucho más motivado y al alza como el Cartagena, los rojiblancos cayeron una vez más merced a su continua falta de acierto defensivo, motivado en parte por la baja de Fran Morante, y al poco interés atacante en donde tampoco los locales ya parecen muy enchufados, y que unido a bajas como la de Denilson, apartado del equipo por indisciplina, no hacen presagiar un buen final de temporada. El Cartagena, gracias a la confianza adquirida en las últimas semanas, cuajó un partido muy serio que le otorgó tres nuevos puntos en la tabla con los que meterse de lleno en esa pelea por la quinta plaza.

Los nazaríes arrancaron el choque con algo más de ritmo que su adversario. La presión por alcanzar al cuarto clasificado pareció quedar de lado y la escuadra de José Miguel Campos salió sin complejos al césped de la instalación granadina con la firme intención de ponerse por delante en el marcador. Wilson Cuero sería el protagonista del primer acercamiento rojiblanco gracias a una genialidad de Clifford que dejó el esférico en franquicia para el disparo del ariete colombiano, que finalmente se marchó por línea de fondo tras interceptar un la defensa albinegra el lanzamiento cuando la bola se iba al fondo de las mallas. Pero poco le duró este juego animoso a los locales, que vieron como el Cartagena comenzaba a replicar. Sergio García no pudo aprovechar una rápida salida de los blanquinegros al no estar demasiado acertado en el control cuando la defensa rojiblanca ya andaba muy descolocada. Sin excesivo ruido, el equipo cartagenero fue librándose de la tímida presión que, a pesar de los intentos, trataba de realizar el conjunto granadino, y Sergio García, por la banda diestra ante la poca resistencia de Corozo, consiguió dar una asistencia sobre Menudo y para que el ex del Logroñés empalmara un disparo cruzado sobre la meta de David para adelantar a su equipo.

Los albinegros aprovecharían el desconcierto y el desastroso encuentro de la zaga rojiblanca para poner tierra de por medio apenas cinco minutos después de hacer su gol con otro tanto. Sergio García aprovechó un pase en profundidad para galopar con la bola hasta el área granadinista y marcar el segundo gol del cuadro cartagenero, que gracias al gran encuentro del ex del Real Oviedo y los errores defensivos de su rival, vencía justamente en el Nuevo Los Cármenes. Menudo continuó con el recital de los suyos y con una falta directa estuvo muy ceca de establecer el tercero, aunque su golpeo se marchó lamiendo el palo. Los locales no estaban acertados en ninguna faceta de juego y además de conceder demasiadas facilidades a su contrincante para llegar a su portería, tampoco demostraban ímpetu para recortar distancias en marcador, contabilizando tan solo una ocasión con claro peligro para los pupilos de José Miguel Campos en toda la primera mitad.

El filial del Granada, ya con todo perdido, y motivado por las novedades introducidas por el técnico local, que realizó hasta dos cambios para mejorar lo visto hasta el momento, tiró de galones y metió una marcha más al partido en la segunda parte. Sin embargo, este empuje apenas dio frutos y los cartageneristas no se vieron sobrepasados en ningún momento para contener a los nazaríes, que seguían sin generar ocasiones. Al cuarto de hora, Corozo cometería penalti sobre Menudo y desde los once metros el delantero albinegro mandaría su disparo al poste, sin embargo, el rechace caería en las botas de Juanlu, que empalmaría la bola para establecer el tercer gol. El tanto relajó a los visitantes y pareció enfurecer a un bando granadinista casi inédito hasta el momento para el cancerbero Limones. Y es que el cancerbero albinegro se vio obligado a intervenir para evitar que Brian, tras una gran falta botada desde la frontal, estrenara el casillero goleador del filial granadinista con una enorme estirada. Menos suerte correría en la siguiente llegada local, ya que Boateng pudo servir el cuero sobre Navarrete para que este anotara el tanto que recortaba diferencias para el conjunto nazarí. La reacción rojiblanca llegó muy tarde y a pesar de la consiguiente inercia ofensiva tras hacer el gol, lo cierto es que apenas hubo más acercamientos ni jugadas comprometidas para los pupilos de José Migue Campos. De hecho, más cerca que el segundo gol local, estuvo el del Cartagena, que con una buena acción de Juanlu por el flanco derecho puso un centro para que Fede no llegara a conectar con el esférico por escasos centímetros. El encuentro no daría para mucho más y el Cartagena se llevó una gran victoria por méritos propios ante un apático Granada B que no estuvo a la altura de las circunstancias.