El encuentro que disputaron UCAM Murcia y Baloncesto Sevilla en Domingo de Resurrección tuvo de todo y casi nada bueno, salvo el hecho de que se llevara la victoria a pesar de jugar un mal partido en casa. Sevilla, que tampoco tuvo una buena tarde pero detectó que podía hacer daño a un rival vulnerable por momentos, lo puso difícil y peleó hasta el último segundo, pero no fue suficiente para decantar la balanza a su favor.

La defensa estuvo plagada de agujeros y en el rebote no anduvo muy allá el equipo de Katsikaris. En ataque, fogonazos de Campazzo, Cabezas (estos dos decisivos en el tramo final) y Lishchuk que sirvieron para mantener el tipo hasta el final y resistir los intentos del rival. Es la primera vez esta temporada que el UCAM Murcia se sobrepone a un partido tan malo de tantos de sus componentes, por lo que en cierto modo no queda más que congratularse ya que, además, vuelve a los puestos de playoff.

El choque comenzó con unas vibraciones no demasiado buenas para el UCAM, que no se mostraba contundente en defensa y hacía funcionar su ataque a base de acciones de Campazzo y Lishchuk (5-9), mientras que Sevilla trataba de aprovechar los centímetros de Balvin para dominar al principio.

Mejoró la defensa a mediados del primer acto, con varias acciones atrás que impidieron progresar a los sevillanos en el marcador mientras que Campazzo seguía a los suyo y Kelati convertía el primero de seis intentos del equipo desde la línea de tres puntos para dar la primera ventaja a los locales (16-13)

Con el marcador a favor se llegó a un inicio de segundo cuarto en el que Kelati se encargó de dar dinámica al ataque local con dos triples consecutivos, seguidos de otro más de Benite, que hicieron carburar el ataque murciano. Pero en cuanto se perdió el acierto, se acabó el UCAM Murcia, y Sevilla aprovechó para conseguir un 0-9 aprovechando las lagunas que aún permanecían en la defensa local.

Todo esto enmarcado en un segundo acto para la basura, porque en realidad Sevilla sólo llegó a empatar el cómputo particular (16-16) y dejar las cosas prácticamente como estaban al descanso a pesar de que la imagen ofrecida por el conjunto local era bastante mala. De cara al segunda tiempo, daba la sensación de que si los murcianos conseguían acercare al nivel de los dos últimos meses, podrían solucionar el partido de manera más o menos cómoda (34-29).

Pero el UCAM seguía funcionando de una manera tan irregular que Sevilla con muy poco conseguía hacer la goma en el marcador. El conjunto de Casimiro se puso a tan sólo dos puntos (34-32) tras arrastrar un parcial de 0-8 desde la primera parte, aunque Campazzo (3) y Radovic normalizaron la situación (39-32). A continuación volvió a arrancar Sevilla con Nachbar y Balvin (39-37), pero entonces aparecieron Wood (3) y Cabezas con otro fogonazo de anotación para hacer respirar al Palacio.

Así de mediocre era un partido en el que, para colmo, el equipo murciano se metió en bonus por faltas muy pronto, quedándose maniatado en defensa y resistiendo las confusas embestidas de un rival que tampoco estaba para tirar cohetes. El bochornoso espectáculo en el que se había convertido el encuentro acabó con el conjunto visitante sacando tajada y afrontando los diez minutos definitivos con ventaja en el marcador (48-49).

Mal empezó la recta final para el UCAM, que se vio con 5 faltas de equipo con 7 minutos por disputarse. Las pérdidas de balón se sucedían por ambos bandos en un intercambio lento y tedioso (57-57). El Palacio permanecía en silencio, incrédulo, mientras que su equipo seguía adelante únicamente a base de triples esporádicos y Sevilla aprovechaba los agujeros defensivos que aún se sucedían.

Un triple de Campazzo, en cualquier caso, dio para una leve estirada a falta de cinco minutos (63-59) en los que el partido era un todo o nada. El UCAM Murcia subió la intensidad en defensa y rebote y se encomendó a un Cabezas a quien no le asustan los minutos calientes del partido. Por parte sevillana, la amenaza de Bamforth desde el triple se hizo patente junto a un Berni al que no le tembló la mano.

A falta de minuto y medio, la ventaja murciana era exigua (71-69), pero Hakanson cometió falta sobre Campazzo cuando éste tiraba de tres y al argentino no le tembló la mano. Cabezas, frío como el hielo, completó el trabajo de su compañero con cuatro puntos consecutivos que cerraron junto a dos tiros libres de Lishchuk una victoria ajustada (80-76).