Tirando de dulces tópicos, el fútbol es así, tiene estas circunstancias tan especiales y en esta ocasión un equipo murciano resultó claramente damnificado.

Jarro de agua fría para el UCAM Murcia CF tras rendir visita al Algeciras. Los universitarios, que circulaban directos a por el liderato y llegaban enrachados tras ocho jornadas consecutivas sin conocer la derrota, sucumbieron ante un Algeciras mermado por sus últimos resultados y que se mantuvo en pie hasta el último suspiro. Gran recompensa para los andaluces, y golpe duro de encajar para los murcianos, que iban a obtener un bagaje igualmente escaso de un punto para, finalmente, marcharse de vacío de la ciudad gaditana.

Las primeras partes en esta categoría, al menos generalmente en esta temporada, no suelen ser buenas. Algeciras y UCAM rindieron homenaje a esta premisa y desperdiciaron los primeros cuarenta y cinco minutos. El equipo de Salmerón mostraba su cara más apática, carente de profundidad, con posesiones estériles e ínfimas y ofreciendo ligeras concesiones a su rival.

Muestra de ello fue el mejor acercamiento del primer acto, que fue para el Algeciras. Una falta botada por Willy se marchó cerca de la escuadra, aunque Biel Ribas achicó espacios por si las moscas. También solicitaron al colegiado, el malagueño Moreno Aragón, un penalti tras una mano dentro del área de Fran Pérez. El UCAM, por su parte, también reclamó una pena máxima por el mismo motivo.

No obstante, el bagaje ofensivo fue tan pobre en la primera mitad que no se ofreció nada que llevarnos a la boca. Ambos Nonos, que probablemente se erigen como los jugadores más en forma junto a Iván Aguilar en el ataque universitario en la actualidad, cuajaron las mejores jugadas para el equipo dirigido por Salmerón, pero lo hicieron tras el descanso.

Tras la reanudación del partido, y sabedores del resultado que acababa de acontecer en Nueva Condomina (derrota del líder, el Real Murcia, y posibilidad de situarse a un punto en caso de ganar) el UCAM abandonó ese atisbo conservador y fue a por el partido.

Nono I fue el estilete que comandó la ofensiva universitaria. El extremo fue un gustazo para los que apremian por el fútbol vertiginoso, de banda y desborde por el costado. El extremeño, nada más comenzar el segundo acto, fue con todo a por el gol.

Una jugada suya tras sortear a dos rivales en banda izquierda concluyó con un disparo hacia el palo largo que obligó a Josemi a estirarse y enviar el balón a córner con su manopla izquierda. Seguidamente, Nono II colgó hacia el área de nuevo para el menudo extremo en la mejor oportunidad del partido. Tras el fallo del guardameta Josemi, al que se le escapó el esférico de las manos, Nono I empujó el cuero con la portería vacía hacia la base del palo: la bola se marchó lamiendo el poste, mientras Nono se desquiciaba tras haber perdonado una oportunidad manifiesta de gol.

El UCAM, tras perdonar esas ocasiones, fue perdiendo presencia ofensiva, algo que Salmerón intentó evitar con las sustituciones. Isi Ros y Josan, que aportaron frescura en ambos costados, se convertían en nuevos quebraderos de cabeza para el Algeciras.

Sin embargo, el cuadro gaditano se mantenía, aunque aturdido, sobre el césped y seguía creyendo en sus posibilidades. Las pérdidas de tiempo empezaron a sucederse (el portero, Josemi, veía la cartulina amarilla por perder tiempo en el minuto 70), y el punto sabía a mucho para un Algeciras asfixiado en la tabla y a casi nada para el UCAM Murcia.

Entre ese dominio universitario, el Algeciras tuvo una oportunidad alarmante. Santi Luque recibió en la frontal del área tras una gran recuperación en tres cuartos de campo de Turrillo. Luque disparó con la derecha y su lanzamiento se marchó rozando el palo. Significaba la mejor ocasión para los locales en el partido.

El UCAM respondió con otra oportunidad en las botas de Nono I, que conectó una gran volea en la frontal del área que atraparía Josemi en dos tiempos y tras rechazar en un defensor.

Hecatombe en el último suspiro

En el minuto 89, cuando el partido olía de forma flagrante a empate sin goles, se cimentó la debacle. Un envío que se colaba con mucha fortuna entre los dos centrales universitarios, era recogido por Turrillo en la frontal, que prolongó de tacón para que Joselu se introdujese libre de marca en el área y batiese de disparo cruzado, con la puntera de su bota, a Biel Ribas.

Un punto que sabía a poco terminó por convertirse en una derrota que trastoca especialmente la moral del UCAM. Quien perdona lo paga, y los universitarios, que fueron superiores durante gran parte del encuentro, se siguen manteniendo segundos a cuatro puntos del líder, pero emparedados en el acordeón que actualmente conforman los puestos de play off de ascenso.