Siete victorias, nueve empates y doce derrotas resumen la trayectoria del Recreativo de Huelva tras 28 jornadas de Liga en el grupo IV de Segunda División B. La atmósfera no es la más idónea para afrontar un tramo final en el que la histórica escuadra andaluz, que ocupa el puesto de promoción de descenso, se juega algo más que su continuidad en la categoría de bronce. El próximo rival del FC Cartagena, que visitará el estadio Cartagonova el próximo domingo, atraviesa una situación límite que data de varios meses.

El caos institucional ha alcanzado tales dimensiones que la plantilla ha visto reducido considerablemente su número de efectivos como consecuencia de la marcha de diferentes jugadores por los impagos y las lesiones. En medio de este panorama, el entrenador, Alejandro Ceballos, ha tenido que dar la alternativa a varios futbolistas de la cantera, que se suman a quienes se han quedado en el primer equipo dispuestos a luchar por la supervivencia del club.

La directiva, inmersa en un proceso de venta que se mantiene enquistado, no aporta soluciones y rema en solitario. El vestuario, en el que se encuentran murcianos como Mario Marín y Juan Antonio Zamora, permanece unido con la esperanza de mantener al Recreativo en la categoría. Solo así, sacando adelante la temporada, existirían posibilidades de que el plantel perciba en el futuro las mensualidades que se le adeudan.

En el capítulo deportivo, el cuadro onubense rendirá visita a Cartagena con las bajas del sancionado Dani Molina, así como de Keita y Zamora, lesionados de larga duración. El delantero Arthuro y el centrocampista Jesús Vázquez también están disponibles, mientras que el central Diego Jiménez es duda.