El UCAM Murcia consiguió su victoria más significativa de la temporada al imponerse al Unicaja Málaga en su propia casa tras un encuentro que tuvo dominado de principio a fin y en el que por fin los de Katsikaris mostraron la regularidad que les da opción de codearse con los mejores. El equipo murciano se alinea de este modo con sus propios objetivos ´robando´ el sitio en los puesto de playoff al propio Unicaja, un grande venido a menos que ya se quedó sin plaza en la Copa del Rey y que agrava su crisis ante un rival, el murciano, que progresa adecuadamente y que demostró que, hoy por hoy, es más equipo que el malagueño.

Buena parte de la culpa de a solidez murciana la tuvo de nuevo un Carlos Cabezas que descorazonó a la que fue su afición de toda la vida y contribuyó con dirección y puntos en la fase crítica del partido. Junto a él, destacaron Antelo, Rojas, Campazzo, Kelati y Radovic, demostrando que cuando la aportación es más coral el UCAM encuentra su fortaleza.

Una fortaleza que desde bien pronto quiso el conjunto visitante hacer patente en el Martín Carpena. A partir de un inicio lento, los murcianistas confiaron en su defensa y el acierto en el tiro de tres de Antelo y Wood para coger las primeras ventajas significativas en el marcador (4-12). El pobre desempeño de un Unicaja perdido se unió para que su rival diera la sensación de ser el 'grande' en liza a pesar de que, tanto el porcentaje de tiros libres como un trío arbitral demasiado pendiente de la defensa visitante permitieran, junto con la entrada en juego en individualidades de Jackson y Hendrix, que la balanza se fuera poco a poco equilibrando hasta el punto de que el Unicaja, tirando de calidad, se fue con ventaja al final del primer acto (27-23).

Pero las sensaciones eran mejores en un UCAM Murcia que se sentía cómodo en el partido, y que empezó a recuperar el terreno perdido en cuento su segunda unidad entró en el partido tras haber estado perdida durante el final del primer cuarto. De este modo Kelati y Radovic se entonaron en ataque y sostuvieron el intercambio de golpes con el rival (sobre todo de Nedovic) en los primeros cinco minutos del parcial. De ahí al final, y en medio de un buen rendimiento de ambos defensas, surgieron Cabeza y Faverani para cerrar el cuarto a favor, mientras la ansiedad se iba ya apoderando de un Unicaja que no veía fisuras en el juego murciano y muchas en el propio, al igual que su afición.

Al descanso, la buena pinta que tenía el UCAM se refelejaba en el electrónico (37-44), pero quedaba por resolver la incógnita de si el equipo sería capaz de mantener la regularidad fuera del Palacio de los Deportes.

Y es que, a pesar de que pronto tras la reanudación el Unicaja aprovechó el despiste murciano para colocar un 11-6 de parcial y hacer la goma (48-50), Sadiel Rojas y Antelo se pusieron en marcha para apagar el fuego y dar comienzo a un intercambio de golpes en el que ambos contendientes se medían de tú a tú. Facundo Campazzo fue el encargado de acabar temporalmente con el ritmo lento del encuentro y romper la defensa cajista con facilidad, aliándose a un Rojas certero desde la línea de tres puntos. Enfrente se encontró con la inspiración de Jackson, que casi por sí solo sostenía al Unicaja y finalmente, el UCAM pudo mantener un pequeño colchón de puntos para afrontar un último cuarto decisivo (61-67).

Era el momento de Carlos Cabezas, correcto hasta entonces pero decisivo en los primeros minutos del último parcial. Anotó 11 puntos consecutivos, forzando faltas y yendo a la línea de personal con un acierto que sus compañeros habían estado muy lejos de tener. Junto a Campazzo, controlaron el partido y no dieron opción a la remontada de un equipo malagueño atenazado por la mala imagen que daban ante una afición que no paraba de silvar. Presa fácil. Los de Fotis Katsikaris adquirieron en ese momento la ventaja con la que cerrarían el partido y su oposición definitiva para estar entre los grandes a final de temporada y auparse a la octava posición de la tabla clasificatoria (79-90).