Cuando el domingo por la tarde, concretamente en el minuto 87, fue expulsado el portero del Murcia tras una arriesgada salida en Linares en la que Fernando se llevó por medio a un rival, todas las miradas se volvieron buscando a un canterano de El Palmar que si no pudo saltar al campo fue porque José Manuel Aira, el preparador grana, ya había realizado los tres cambios permitidos, aunque sí que dispondrá de una oportunidad de oro para reivindicarse dentro del seis días ante el Cádiz en Nueva Condomina. Simón Ballester (Murcia, 4 de junio de 1994) lleva más de diez años enrolado en las categorías inferiores del Real Murcia y desde hace cinco campañas su cara es más o menos habitual en los entrenamientos de la primera plantilla. Sin embargo, a pesar de que en pretemporada dio la sensación de que el entrenador del Murcia iba a seguir apostando este curso por ir alternando a sus dos porteros, José Manuel Aira se decantó desde primera hora por un Fernando que, tras su torpeza del domingo, le brinda a su compañero una oportunidad que parecía que nunca iba a llegarle a Simón.

La decidida apuesta de Aira por Fernando tiene un riesgo que ahora ha quedado al descubierto. Simón disputará sus primeros minutos oficiales con el primer equipo en una cita que se presume de mucha envergadura cuando su entrenador ha tenido encuentros más asequibles en los que podría haberle regalado algún 'caramelo' en forma de titularidad a un canterano que de forma inevitable también tendrá que conseguir la máxima confianza posible para ser consciente de que se enfrenta a una especie de regalo del destino, pero que también puede dejarlo señalado dependiendo de cómo se desarrolle el partido y, sobre todo, de sus intervenciones.

Los que conocen a Simón dicen que el de El Palmar tiene la sangre fría suficiente como para que ni mucho menos le tiemblen las piernas en Nueva Condomina el domingo, pero tendrá que negociar bien la ansiedad y la preocupación de saber, a fin de cuentas, que el Cádiz pasa por ser el último tren -y también el primero- que tiene Simón para conseguir un protagonismo que hasta el momento se le resiste. Algo que curiosamente sí ocurrió en verano, cuando en el amistoso del 14 de agosto ante el Cartagena, Simón cuajó una actuación muy buena que además coronó deteniendo una pena máxima en los lanzamientos desde el punto de penalti que al final permitieron a los albinegros llevarse el trofeo 7 Región de Murcia. Aunque dio la sensación que el partido iba a abrir el debate de la portería, la realidad es que no ha existido debate alguno, porque ningún aficionado ha visto todavía a Simón bajo los palos y nadie puede comparar sus defectos y sus virtudes con un Fernando que después de 26 jornadas ha mostrado buenas maneras debajo de los palos, pero regulares en el momento que ha tenido que dar dos pasos fuera del área pequeña. De todas formas, Simón es el primero que sabe lo que hace mejor y peor su compañero Fernando y cuáles son sus mejores virtudes, por lo que al final será competitividad pura y dura entre dos miembros de la plantilla que dirige José Manuel Aira.

Para un jugador que lleva quince años en la centenaria entidad, que ha pasado por todos los equipos de base del club y que siempre ha mostrado un comportamiento ejemplar con todos los técnicos con los que ha trabajado, la cita del domingo debe ser una cuestión en la que se mezcle el orgullo y el amor propio con la cabeza fría necesaria como para ser útil a sus compañeros. Y tanto para lo bueno como para lo malo, la realidad es que un portero necesita realizar buenas intervenciones para ir ganando crédito. El domingo tendrá noventa minutos para enseñar lo que lleva dentro.