¿Cómo y por qué le dio por el fútbol?

Mi abuelo fue presidente del Bullense, utillero, futbolista y llevó la cantina, y mis padres eran los propietarios del bar que había enfrente del campo Nicolás de la Peñas. En ese ambiente me crié y el fútbol es algo que llevo en la sangre. Empecé a jugar con los amigos del pueblo, yo sola, porque no había ninguna chica, y con 16 años decidí, junto a otra compañera, montar un club de fútbol sala, el Bullas Femenino.

¿Había muchos equipos entonces en la Región?

Sí, ocho o nueve equipos de fútbol sala, pero de fútbol once, ninguno. Después, al cabo de unos años, se disolvió el equipo y me fui a Abarán, pero luego regresé a Bullas para montar otro club. Al final me fichó el Zeneta y en ese intervalo de tiempo, me ofrecieron irme al Apolo, pero no llegué ni a probar porque sufrí un esguince y no me convenció. Me he tirado más de veinte años federada en fútbol sala.

Por lo que me cuenta, en su pueblo su familia debe ser muy conocida.

En Bullas todo el mundo me conoce como Ana la futbolista y también como la nieta de Antonio Pérez Fernández ´El Yeguero´. Ahora van a dar su nombre al campo de fútbol Nicolás de las Peñas, que es algo que nos enorgullece mucho.

¿Cómo dio el paso de ser entrenadora de fútbol?

Cuando dejé de jugar decidí montar una asociación multideportiva y me saqué el título de monitor de fútbol sala. Después, una compañera con la que vivía me convenció para que le tirara al fútbol. Me costó un poco y después de superar las pruebas físicas me dijeron que no podía hacerlo por no tener la ESO terminada. Entonces me saqué la ESO a distancia en Cartagena y como logré tan buenas notas, el inspector jefe de Educación dijo que no me podía dejar sin hacer el curso. A raíz de eso también pude hacer el nivel II. El fútbol siempre ha sido mi pasión, y como no pude jugar, qué menos que ser entrenadora.

¿Dónde ha entrenado?

Hice las prácticas en el Rincón de Seca y después me llamaron del Murcia Féminas, donde estuve la pasada temporada. El pasado verano me ofrecieron varios equipos, pero me incliné por el cadete B masculino del Churra, con el que he estado hasta después de navidades, pero entre el trabajo y que no podía estar al cien por cien con los chicos, la junta directiva decidió que no siguiera. Pero espero en breve poder entrenar otra vez porque lo vivo y me encanta.

¿Y por qué no hay más mujeres entrenando equipos de fútbol?

Yo también me lo pregunto. Cuando entré al curso de nivel I era la única chica y a veces, pese a que fueron muy respetuosos conmigo, se extrañaban de que estuviera allí. Empecé a sacar muy buenas notas y me gané el respeto de mis compañeros, pero es difícil porque muchas veces llegaba a casa desmotivada al ver que todos eran entrenadores, que habían dirigido equipos y que yo me lo tenía que currar el doble. El fútbol es un poco machista y en algunos campos sí que he escuchado qué hace una tía ahí. Nunca me han insultado, pero sí que he escuchado algunos comentarios. Fíjate en el tenis el problema que tuvo Gala León, pero es que en el deporte, en general, hay mucho machismo, y en el fútbol ni te cuento.

¿Cómo le aceptaron los chicos del Churra?

Cuando llegué me tuve que presentar a unos 30 niños de entre 14 y 16 años. Me miraban con incredulidad, pero luego muy bien, siempre mostraron admiración hacia mí, nunca he tenido problemas con ellos porque son críos muy respetuosos. Tenían claro que mandaba yo. He notado más recelo por parte de ciertos compañeros que de los propios jugadores. Yo me siento capacitada para entrenar a cualquier equipo, tengan los años que tengan los jugadores.

¿Qué le diría a una mujer que quiere entrenar?

Que tire para adelante, que luche, que si somos varias, si nos juntamos y hacemos fuerza, no es lo mismo encontrarnos en una liga solo de hombres, por así decirlo, que tener seis o siete entrenadoras. En la unión está la fuerza.

Pero algo debe ocurrir porque ni siquiera las mujeres se sacan el título.

Algunas amigas mías que les gusta el fútbol se han hecho árbitros, pero no entrenadoras. Quizás es porque te está pagando la Federación y el mundo del fútbol es complicado a la hora de cobrar. Si te sacas una titulación que te cuesta 1.100 euros cada curso y después echas más horas que un reloj y te pagan 150 euros, ya me dirás. Yo creo que será uno de los motivos.

¿Le gustaría sacarse el título de nivel III?

Claro que me lo voy a sacar. Pese a las malas experiencias que estoy viviendo, voy a seguir, me gusta, es mi pasión desde que era una cría. Para mí sería un sueño irme fuera de España a entrenar y sentirme realizada, que sea mi trabajo de verdad.

Las chicas de la selección española femenina alzaron la voz para echar al seleccionador, y en el fútbol masculino solo hablan cuando echan al entrenador, como ocurrió en el Madrid con Benítez.

Porque en realidad, si te das cuenta, ellas no se juegan nada, aunque sea una selección femenina, pero es que salvo Vero Boquete, las demás no se dedican profesionalmente al fútbol, no viven de esto. En cambio, si Cristiano Ronaldo o Sergio Ramos critican al entrenador y después no lo echan, se juegan el puesto. Ellas lucharon por ellas y por eso las mujeres tenemos que juntarnos, para que haya igualdad.

Usted ha entrenado a chicos y chicas. ¿Qué diferencias hay entre unos partidos y otros?

Las mujeres ganamos en la flexibilidad y perdemos en la fuerza. La única diferencia son las condiciones físicas. Técnicamente hablando, una mujer le puede dar mil vueltas a un hombre.