Ricardo Mestre Galarza, valenciano de nacimiento, madrileño por trabajo y murciano de corazón, llegó, sin saber muy bien cómo, a formar parte del equipo español que compitió en el Mundial de Turquía el pasado diciembre.

Su aventura empezó en La Manga Club, donde venció en su categoría en el torneo clasificatorio. Posteriormente, en Madrid, ganó la Final de la World Amateur Golfers Championship Spain, pasando a formar parte del equipo de cinco jugadores (uno por categoría) que fue a representar a España en Turquía.

Ricardo es banquero, tiene 42 años y tres hijos, lo que se dice propiamente un amateur auténtico. Gracias a su mujer, que es cartagenera, todos los veranos acude a nuestra tierra a veranear, y el gusanillo del golf le entró en vena cerca del Mar Menor. Aprovecha sus vacaciones para no perderse un torneo, siendo uno de sus favoritos, el nocturno de Torre Pacheco, donde tiene su licencia murciana.

Inicialmente comenzó en quinta categoría, pero a lo largo del torneo subió hándicap y en Turquía compitió en cuarta. Fueron 35 países, 300 jugadores frente a la directiva de la PGA Europea que estuvo presente: «Los campos en los que competíamos se encontraban entre los 50 mejores de Europa, no tenían nada que envidiar a los campos escoceses, los que estaban junto al mar me recordaban a los de la costa murciana», cuenta Ricardo Mestre.

Los jugadores recibieron trato de auténticos profesionales en todos los aspectos. Cada día estrenaban equipación dependiendo del patrocinador, «aunque también fue muy duro físicamente, ya que los amateurs no estamos acostumbrados a ese ritmo de juego. Me resultó muy duro ganar en Madrid, fueron dos días de competición, quedé primero en la jornada inicial y el segundo día tuve que jugar al cien por cien con la presión de los jugadores que me seguían», declaró a La Opinión.

Al resto de los componentes del equipo español los conoció gracias a esta experiencia y la conexión con ellos fue plena, y espera que duradera, no solo por el tiempo que pasaron juntos, también por la intensidad de la experiencia. «Competimos con jugadores de todo el mundo, sudafricanos, húngaros, zimbabuenses, con los que inicialmente se creaba un ambiente frío, pero conforme avanzaba la partida nos relajábamos y la sensación de rivalidad desaparecía y te sentías arropado», recuerda.

No se podía fallar ni un solo día, el nivel fue muy alto y acabó en el puesto 20 en la cuarta categoría. Su juego fue estable pero no le ayudó a subir más en el listado de resultados. 25 golpes detrás del ganador. Lo que no cabe duda es que este murciano de adopción, deportista, corredor de maratones, vivió una semana inolvidable en Turquía y piensa repetir este año, volviendo a competir en la World Amateur Golfers Championship Spain 2016. «Me sentí muy afortunado por poder representar a mi país en un Mundial», termina diciendo.