Un maleficio persigue al UCAM Murcia en el Palacio de los Deportes desde la temporada 2011-2012. Desde aquella campaña con Óscar Quintana en el banquillo a partir del mes de febrero, el conjunto murciano no ha ganado nunca cinco partidos o más de forma consecutiva ante su afición. El domingo, frente al CAI Zaragoza (12.30 horas), tiene la oportunidad el plantel de Fotis Katsikaris de alcanzar la 'manita' y de situarse a solo un triunfo de esa racha de seis éxitos consecutivos al calor de los seguidores murcianos para la que hay que remontarse ya cuatro años.

La racha de 2012 comenzó en el primer partido de Quintana en el banquillo tras sustituir en el cargo a Luis Gil. Fue el 5 de febrero ante el Joventut. Después le siguieron las victorias frente a Gipuzkoa, Gran Canaria, Valladolid, CAI Zaragoza y Unicaja. El Lucentum Alicante fue el que rompió ese momento dulce y complicó mucho la permanencia del equipo en la ACB, que llegó en la última jornada en un partido histórico en la pista del Estudiantes.

Este próximo domingo, frente a un CAI Zaragoza que ayer logró la clasificación para los octavos de final de la Eurocup al vencer en la pista del Szolnoki Olaj húngaro (70-80), la plantilla de Katsikaris, que tanto cambia de cara cuando juega en casa, tiene la ocasión de alcanzar la quinta victoria consecutiva en el Palacio, algo que no ha conseguido en las tres últimas campañas. La actual racha la inició frente al Obradoiro y le dio continuidad contra Fuenlabrada, Estudiantes y Laboral Kutxa.

Para intentar superar esa barrera infranqueable en los últimos tiempos, el técnico griego cuenta con toda su plantilla al completo después de recuperarse Vítor Benite de un virus estomacal que le impidió jugar el pasado domingo en la pista del Dominion Bilbao.

El rival, el CAI Zaragoza, rompió la pasada jornada ante el Joventut una racha de cuatro derrotas consecutivas y este curso ha ganado dos de los ocho partidos que ha disputado fuera de casa, los mismo que el UCAM. El buen momento del base madrileño Tomás Bellas es una de las armas de un equipo que cambió de entrenador -Andreu Casadevall sustituyó a Joaquín Ruiz Lorente- después de un mal inicio de curso.