Futbolero y cinéfilo, Quique Rivero (Cabezón de la Sal, 1992) volvió a un terreno de juego el pasado domingo después de casi dos meses lesionado por una sindesmosis. No lo hacía desde el 6 de diciembre, contra La Hoya Lorca, en su momento más dulce de la temporada. A este cántabro de 23 años le gusta «bastante» ver la liga inglesa inglesa, aunque tampoco pierde de vista la española. Lejos de su tierra ya ha visto varias series, como 'Breaking Bad', y ahora está con 'Twin Peaks'. Ahora que el Cartagena no ha sido capaz de ganar sin él, su vuelta se presenta como la principal solución para abandonar la amenaza del descenso. Es la brújula que determina el rumbo.

Imagino que ahora es feliz.

Pues sí. He pasado unos meses bastante jodidos, pero ya estoy bien y a disposición del entrenador.

¿Qué cosas se le pasan a uno por la cabeza cuando se lesiona durante tanto tiempo? ¿Se plantea cosas?

En mi caso pensaba casi todas las semanas que iba a estar pronto con el grupo. Igual mi lesión se ha hecho hasta si cabe más duro, un poco frustrante ver que no estás para jugar. Hace tres semanas decidimos dar pasos muy, muy cortos pero seguros. Y eso tanto para la recuperación como anímicamente me vino bastante bien.

Anímicamente estaba tocado.

Sí. Yo soy una persona que vivo bastante para el fútbol. Juego al fútbol y veo fútbol. Imagínate entonces si no lo puedo practicar?

Debutó en Primera con el Racing. Con esa experiencia, ¿qué considera más difícil, llegar o mantenerse en la élite?

Mantenerse, sin duda. Llegar llegan muchísimos por muchos factores: la lesión de un compañero, un cúmulo de cosas que te permitan estar en la élite un día? Pero para mantenerse es realmente donde hace falta constancia y nivel.

Le gustaría haber triunfado en el Racing, claro.

Sí, claro que sí. Es el equipo de mi tierra, donde jugué desde alevines hasta el primer equipo. Digamos que es mi equipo.

¿Le han dicho ya que esta categoría se le queda pequeña?

Te lo dicen, pero eso tienes que demostrarlo en el terreno de juego todos los domingos. Eso que lo digan los que entienden.

¿Se lo ha dicho el dueño del club, Paco Belmonte?

(Risas). No sé, no recuerdo.

A Rivero no le gusta dar pelotazos. ¿De dónde viene esa finura con el balón?

¿A Rivero no le gusta dar pelotazos? Si no me la pueden dar en corto mejor que me la den en largo, pero si me presionan once tíos en mi área y doy un pelotazo no pasa nada. A mí de pequeño me enseñaron a jugar de una determinada manera. Y supongo que también influye lo que a ti te guste y lo que tú sientas más, que lo reflejas en el terreno de juego. Si así me sale jugar es porque así seré.

¿Qué ingredientes necesita un jugador para divertirse en el campo?

Ganar.

Simplemente.

Sí, si ganas es bastante más fácil divertirse que si pierdes. Sea como sea.

Eso es lo que le falta al Cartagena, ¿no? Ganar.

Pues sí. Creo que hubo una época de la temporada en la que ganábamos y estábamos disfrutando. Cuando ganas todo va rodado, te atreves a hacer más cosas con más confianza. Cuando tienes una racha de perder es como una losa, un círculo vicioso que te hace jugar peor y perder. En esas estamos ahora mismo, intentando cambiar esa dinámica, quitándonos esa losa para poder ganar y disfrutar.

¿Cuáles son sus referentes futbolísticos?

A nivel futbolístico me ha tocado vivir la época buena del Barça. Xavi, Iniesta, Xabi Alonso, Pirlo? Ninguno en especial, la verdad. Todos.

¿Qué le dijeron a Víctor en su despedida?

Creo que no hicieron falta ni palabras. Teníamos mucha confianza con el entrenador, y él sabe que nos dolía mucho la situación, que hicimos todo lo posible para que no fuera así. Pero cuando los resultados son malos el que cae es el entrenador, aunque sea justo o injusto. Todo [el mundo del fútbol] está montado así.

¿Usted es partidario de que los resultados prevalezcan por encima de las buenas ideas?

Si a una buena idea se le da tiempo seguramente lleguen más fácil los resultados. Pero si por mucho tiempo esa buena idea no da resultado ya puede ser la mejor del mundo que no vas a ningún lado.

¿Cómo es Monteagudo?

Es un entrenador cercano que ahora nos está intentando transmitir su idea, la forma en la que quiere jugar, atacar y defender. En eso estamos; supongo que conforme vayan pasando los partidos se verá más al equipo al quiere parecerse.

¿Tiene mano dura, es intenso y está encima?

Como todos los entrenadores. No hay ningún entrenador que sea un sargento, creo yo. Sí me ha tocado alguno así, pero no te lo recomiendo.

¿Habla de Raúl Agné, por ejemplo?

(Risas). No, no, no. Por ahí no voy, por ahí no voy. Es un entrenador que no me puso y ya está. No le gustaba y punto. Nada raro.

¿Cuál cree que es principal problema del Cartagena?

El problema que nos está lastrando bastante durante la temporada es que estamos teniendo poco acierto de cara a portería. Es un problema fundamental: si de cinco ocasiones metes una o ninguna, tienes un problema. Nosotros creamos ocasiones, aunque sí nos falta el acierto. Creo que lo más difícil es crear esa ocasión, pero luego tienes que meterla. Ese creo que ha sido el problema fundamental.

Si se lo ofrecieran ahora mismo, ¿usted renovaría con el Cartagena?

Pues no lo sé.

¿De qué depende?

(Risas). De muchas cosas.

¿Cuál es su sueño?

Jugar en Primera División, lógicamente. Jugar no, mantenerme. Con mantenerme quiero decir no jugar dos partidos, sino estar tiempo en la máxima categoría.