El UCAM Murcia mostró su versión más descafeinada en Miribilla y cayó con claridad ante un Bilbao que tuvo siempre el partido controlado y apenas sufrió los amagos de un conjunto murciano incapaz de cambiar una dinámica perdedora adquirida tras un horrible primer cuarto.

Al conjunto de Katsikaris le falto, sobre todo, actitud, ya que entró al partido sin la tensión competitiva necesaria para destacar en una cancha tan complicada como la bilbaína y luego no mostró la personalidad suficiente para voltear las tornas de un choque en el que le faltó chispa e iniciativa.

Faverani acaparó mucho del juego murciano, y fue el mejor en casi todos los apartados estadísticos, demostrando que está llamado a liderar el juego interior murciano. Le secundaron un afinado Wood y Radovic pero, como siempre en las derrotas murcianas, el resto de jugadores importantes andvo desaparecido.

Bogris hizo mucho daño a los murcianos en el inicio del partido, con seis de los once puntos con los que el Bilbao castigaba de inicio a un rival completamente desubicado (11-3), y creaba una dinámica que iba a persistir a lo largo de todo el primer cuarto para poner en serio apuros los de Katsikaris, incapaces de defender con un mínimo de efectividad.

Bertans, Mumbrú y Hannah se unían a la fiesta y apenas encontraban respuesta en Campazzo y Faverani, los únicos capaces de anotar en un UCAM falto de la chispa y el carácter necesario para plantear un reto a Bilbao en Miribilla (24-9). El equipo visitante se tenía enfrente un rival bastante acertado y concentrado en el partido, pero ese no era su mayor problema, si no el hecho de que pagaba errores flagrantes de concentración defensiva, el llegar siempre tarde a todos los lances y no encontraba claridad ofensiva ni siquiera en un Campazzo que se dedicó a desperdiciar una posesión tras otra hasta el final del primer cuarto (28-14).

Se intuía que el Bilbao estaba a punto de romper el partido demasiado pronto, pero el UCAM pudo resistir dentro del partido gracias a la irrupción de un Wood acertado y con iniciativa que asumió el liderazgo e incluso permitió a su equipo mantenerse por debajo de la barrera psicológica de los 10 puntos de desventaja (28-22; 34-30).

Bilbao le vio las orejas al lobo y dio una vuelta de tuerca a su intensidad que tuvo efecto en un UCAM Murcia que, a pesar de la reacción en lo ofensivo, seguía sin encontrar el rendimiento adecuado en defensa y vio detenida en seco su escalada. En los minutos previos al descanso el encuentro se estabilizó y el intercambio de golpes fue constante, hasta que el 49-39 que mostraba el marcador al paso por vestuarios dejó claro que el equipo murciano se había podido agarrar al encuentro pero necesitaba mucho más para revertir ua dinámica claramente perdedora.

Y es que en el tercer cuarto poco cambió, y ambos equipos se intercambiaron rachas y golpes mientras el marcador evolucionaba con lentitud y siempre moviéndose en las mismas ventajas para los locales de alrededor de 10 puntos, con un enorme protagonismo de Mumbrú y Hannah por parte local y de Faverano y Radovic por la visitante.

El UCAM Murcia tenía mejor pinta cuanto más conseguía correr la cancha, aunque también en ese aspecto se mostraba tremendamente irregular, y no predicó con el ejemplo mucho más allá. En general, el cuarto dejaba la fuerte impresión de que había sido una enorme pérdida de tiempo para un UCAM Murcia que se iba quedando poco a poco sin espacio para la remontada ante un Bilbao que se veía cómodo en el partido, ya que su rival no hacía más que amagar sin llegar a golpear (68-56).

Poco poco, ya en el último cuarto, el UCAM Murcia se iba desinflando física y anímicamente, dejando que se cumpliera el guión de un partido que había dominado con relativa facilidad el Bilbao Basket durante todos los minutos del mismo. En un par de minutos, dos triples de Ruoff y Hervelle dieron a los locales su máxima ventaja (74-56) y acabaron casi totalmente con las ganas de pelear de los murcianistas que transitaron por los últimos minutos sin posibilidades reales de reacción.

Solo las acciones de Faverani, el único destacado por parte murciana, y un Campazzo empeñado en redimirse de su mal partido en general, salvaron los muebles de un UCAM Murcia que de otro modo se hubiera dejado llevar. Finalmente, el Bilbao confirmó una victoria que ya parecía tener más que asegurada desde hacía muchos minutos atrás (90-79).