El UCAM Murcia CF retorna a la senda de la victoria, pero de nuevo, sin contentar a nadie. Una genialidad de Góngora, lateral y pichichi (ya son nueve las dianas para el malagueño), devuelve a los universitarios a la segunda plaza de la clasificación y mete presión al líder, el Real Murcia, al que visionan con cinco puntos de desventaja. No obstante, la diferencia entre los dos conjuntos en la tarde-noche de ayer fue precisamente el guante izquierdo que Góngora posee y marca las diferencias desde el balón parado.

El partido sorprendía antes de su inicio, y es que Salmerón, técnico del UCAM Murcia, cuajó una 'pequeña revolución' en su once titular con varios cambios: Iván Aguilar, un habitual en la delantera, quedaba fuera de la convocatoria y el murciano Titi ocupaba su puesto en la punta de ataque junto a Pallarés (cada vez más desaparecido, por cierto). También daba entrada a los dos últimos refuerzos, los centrocampistas Julio De Dios y Nono II, cuajando un debut algo descarado en el caso del segundo y muy ínfimo por parte del primero. Entre ambos creadores de juego, Checa se instauró como referente defensivo, confirmando su importancia en el once multiplicándose en tareas de contención del juego rival. El de Dos Hermanas sostuvo al UCAM, como pudo, en un duelo en el medio campo que en muchas ocasiones perdieron.

Gustavo Sánchez, técnico del Betis B, quiso quitar el balón a los universitarios, y salvo en el arranque del partido y alguna fase concreta de la segunda mitad en la que el UCAM fue mejor, lo consiguió y equiparó fuerzas para poder plantar cara a los murcianos.

No obstante, el UCAM ofreció al respetable de La Condomina un espejismo de quince minutos en el que se disfrutó. Pero no fue más que eso, un punto más de ímpetu y descaro que se diluyó demasiado pronto. El Universidad Católica sorprendía por medio de Góngora y su golpeo directo desde el córner derecho, tanto que subía al marcador gracias a la inestimable ayuda del guardameta bético Pedro, que no atrapó el balón y se la 'tragó' con todas las letras.

El UCAM, tras su tanto, noqueó al Betis B, al que obligó a replegarse y al que bailó durante un ratito: la presión adelantada de los locales en todas las líneas y las rápidas combinaciones recordaban al UCAM que enamoró en varios partidos de la primera vuelta, pero el paso de los minutos y el conformismo por ese tempranero gol aplomaron a los universitarios.

Nono II, uno de los nuevos centrocampistas, derrochó control de balón y pases al espacio que pocos pueden ver, pero abusó de esas cualidades y terminó por desaparecer, algo que el UCAM notó en gran cantidad. Pallarés y Josan, que intervinieron lo justo, no llegaron a incomodar lo más mínimo a la zaga bética, y al delantero murciano Titi, titular tras volver la pasada jornada al equipo, se le vio pesado sobre el césped y tuvo que ser sustituido en la segunda mitad por problemas musculares. Estas situaciones provocaron la inseguridad y el nerviosismo que comienzan a ser tónica habitual tras los últimos partidos acontecidos.

Ante este panorama, el filial verdiblanco sacó de su chistera el contencioso juego que le permitió, por ejemplo, empatar la pasada semana ante el líder, el Real Murcia. La presencia de César, Aitor, Hinojosa o Toni Segura en el centro del campo sobrepasó al UCAM. Los dos contra uno se sucedían y el Betis B impedía el mantenimiento de la posesión universitaria, provocando así que los locales perdieran el control del partido y el filial andaluz creyera en sus posibilidades para poder rascar algo de La Condomina.

Ocasiones en la segunda mitad

El partido mantuvo el mismo nivel de creación y vistosidad escasos en el transcurso de todo el partido. No obstante, fue en la segunda mitad, tras los cambios y el cansancio que trae el paso de los minutos, los que posibilitaron la llegada de nuevas ocasiones de gol. No fueron muchas, un par para cada equipo, pero fueron lo suficientemente claras como para poder mover el marcador.

Biel Ribas, guardameta del UCAM, sigue demostrando que es un seguro y que la portería universitaria está a buen recaudo. El portero mallorquín efectuó dos paradas providenciales, una ante Juanjo Narváez en un mano a mano en el que achicó espacios y blocó el disparo dentro del área del delantero bético. En la segunda, se estiró a media altura para desviar un golpe franco directo ejecutado por Francis muy bien colocado aunque algo escaso de potencia. Además, siguió mostrándose imperante por alto, evitando cualquier peligro aéreo y confirmando que esa es una de sus señas de identidad.

En cuanto al UCAM, los universitarios pudieron sentenciar en el segundo tiempo, pero el equipo de Salmerón sigue empecinado en otorgar mucha tensión a sus encuentros. El delantero sevillano Álex Rubio cuajó buenos minutos, mejorando en gran medida el trabajo de los atacantes sustituidos, Titi y Pallarés. Pero fue incapaz de hacer lo más importante: marcar.

Su entrada, al igual que la de César Remón y el extremo Nono, fue un respiro para un UCAM asfixiado y que pudo estirarse gracias a su refresco. Remón ofreció una mejor cara en lo que mejor sabe hacer, que es fabricar jugadas. El riojano se infló a realizar aperturas a banda y a mover el balón con mayor criterio, surtiendo de balones a la velocidad de Nono o a la contención de espaldas a portería de Álex Rubio.

El propio Rubio dispuso de la mejor ocasión del partido. Tras una rápida recuperación en el área del UCAM, recogió el balón con dificultad en medio campo y recorrió solo toda la parcela del Betis B para plantarse ante Pedro. No obstante, llegó desinflado al área y su disparo se estrelló contra el guardameta verdiblanco.

Góngora pudo firmar un doblete de no ser porque su lanzamiento desde fuera del área se marchó cerquísima de la base del poste del propio Pedro, pero careció de un mínimo de precisión.

En conclusión, el UCAM volvió a triunfar pero a medias, tomándose un respiro necesario que sirve para presionar, al fin, a sus rivales más directos en la lucha por el play off y el liderato del Grupo IV.