El FC Cartagena no pasó del empate sin goles en el encuentro que disputaba en el estadio Juegos Mediterráneos, ante un Almería B que llegaba con tres derrotas consecutivas y que se mantiene, tras la igualada de ayer, en último lugar en la clasificación del grupo cuarto de Segunda B.

Lo cierto es que el bloque albinegro no dio muestras de que tenga nuevo entrenador en el banquillo. La mano de Monteagudo no se nota, al menos de momento, en un bloque que sigue exhibiendo falta de personalidad, poco atrevimiento y, sobre todo, nula pegada. Los números dicen que el gol se ha convertido en una quimera, puesto que desde que ganó ante La Hoya Lorca en el Cartagonova, el bloque cartagenerista ha disputado ocho encuentros y en este tiempo ha logrado anotar tres tantos, lo que denota una negación asombrosa.

Ante el colista, equipo que había recibido seis goles en las tres semanas anteriores, fue incapaz de ver portería, pero es que ya las ocasiones casi llegaron a cuenta gotas, lo que supone un calvario para un bloque que empieza a tontear con el descenso, nada nuevo para este club en las dos últimas temporadas.

El equipo inicial que alineaba el preparador no hacía prever una revolución en el once, ni en el método a aplicar. Menudo regresó al once inicial, debido a que Indiano se ha lesionado. Al igual que Ceballos, recuperó el lateral derecho por la lesión de Mario Sánchez. En el centro del campo Luque y Sergio Jiménez eran de nuevo el tándem titular y a los carriles caían Cristo Martín y Sergio García.

Chus Hevia, referente arriba, sigue sin ver portería desde que llegó en este mercado invernal. Da la sensación, como ya le ocurrió el año pasado, que se encuentra demasiado solo, no es un jugador de área sino un futbolista de segunda línea y necesita el contacto con el balón, de ahí que siga bajando a medio campo en exceso a tocar y avanzar.

El FC Cartagena de ayer empezó mal, tanto que los locales eran los que tenían el control del balón y las mejores ocasiones para ponerse por delante. Álvaro Montero, uno de los descartados por el club albinegro en este mercado de invierno y ahora en las filas del Almería B, quiso desquitarse tras no haber triunfado en el club de Cartagena y puso en aprietos a la defensa albinegra en la primera parte. Primero disparaba alto en una acción donde la defensa ofreció demasiadas concesiones y luego, en el minuto 19, estuvo a punto de introducir con su cabeza el balón dentro del área. Su testarazo iba al fondo de la red, pero Limones evitó con su manopla que así fuera y conseguía eludir la primera situación de peligro grave para el marco visitante.

El FC Cartagena no despertaban, no tenía peso en medio campo, demasiado impreciso en los pases y con nulo peligro cuando tocaba de medio campo para arriba. Monteagudo necesita futbolistas rápidos en el corte y en la salida del balón, pero también jugadores que estén intensos en la presión al rival y que asuman la responsabilidad cuando las cosas van mal.

En el minuto 34 Fran Pastor se marchó directo a la portería del FC Cartagena, pero su disparo se fue demasiado cruzado, lo que ponía de nuevo un nudo en la garganta de los pocos aficionados del equipo albinegro desplazados hasta Almería.

En los últimos instantes de la primera parte los de Monteagudo despertaron y conseguían avanzar metros y poner con centros desde las bandas -Ceballos y Álvaro- balones al área del Almería B, donde Hevia intentaba llegar sin éxito. El cántabro chutaba fuera en una de las pocas opciones que tuvo antes de marcharse al descanso.

Tras el paso por vestuarios, se repetían los errores de los primeros instantes del partido y Montero volvía a tener una oportunidad al verse de nuevo las caras con Limones en el minuto 53, pero el cancerbero visitante evitaba otra vez el gol del exalbinegro.

Cristo Martín, tres minutos más tarde, lo intentó desde fuera del área con un chut que salía fuera por poco. En el minuto 63 se produjo una de las noticias agradables de la jornada: el regreso de Quique Rivero, tras sustituir éste a Luque, después de que el de Cabezón de la Sal no pisara el césped desde la jornada decimocuarta, el pasado 8 de noviembre. El centrocampista es el único futbolista que tiene hoy este FC Cartagena que es capaz de ver el fútbol en medio campo con más criterio. Su fútbol de toque y su visión en el último pase es diferente al resto de sus compañeros, por lo que si no se vuelve a lesionar, le puede devolver a este equipo las opciones para que el gol no sea una fantasía.

Llegó una ocasión de Jesús Álvaro, con un cabezazo que se marchaba fuera, en otra de las oportunidades de los visitantes para anotar. Con el partido ya languideciendo, el FC Cartagena estuvo a punto de irse con el 0-1 en una doble oportunidad ante el meta Gianfranco. Cristo y Quique Rivero remataban pero no acertaban a colocar el balón en el sitio adecuado.

Al final, el equipo se quedó conforme estaba, con sensaciones encontradas porque aunque llega un nuevo entrenador con aires renovados, el equipo no ha terminado aún de coger la onda que quiere Monteagudo. El manchego insiste una y otra vez en tener las líneas más juntas cuando se defiende, más contundencia en la línea de atrás, porque confía en que las ocasiones y los goles arriba llegarán.