Aprovechando el Día de Reyes, el Real Murcia hizo el mejor regalo a su afición. Un triunfo emocionante, con remontada incluida y un jugador menos por la expulsión en el minuto 44 de Carlos Álvarez, que le permite cerrar la primera vuelta del campeonato a lo grande.

Después de asegurarse el pasado domingo el título de campeón de invierno, los de Aira no están dispuestos a dar ni un respiro a sus rivales. Y así lo demostraron esta mañana en el estadio Los Cármenes ante el Granada B con motivo del partido correspondiente a la jornada 18 y que fue aplazado por el fallecimiento de Jesús Samper.

Con el mismo once que en las últimas dos semanas, los murcianistas vieron como pronto se complicaron las cosas. La primera parte, algo que se viene repitiendo, no fue la mejor para los granas. Morante adelantaba a los andaluces en el minuto 37 y al borde del descanso (44'), el colegiado expulsaba por roja directa a Carlos Álvarez, lo que complicaba todavía más las cosas. Pero el Real Murcia de esta temporada es un equipo que nunca se rinde y que está dispuesto a grabarlo con fuego cada partido.

La primera esperanza de que sacar algo positivo de Los Cármenes era posible llegó en el minuto 72. Isi, que saltaba al terreno de juego unos instantes antes, volvió a mostrar su ángel al servir un centro que cabeceó Azkorra para que Chavero la pusiera en la red. Ni un punto les servía a los granas. Querían más. Y cuando el encuentro ya estaba muriendo y el Granada B buscaba a la desesperada un premio mayor fue el Real Murcia el que aprovechó una contra para que Arturo consiguiese un gol que vale tres puntos y que confirma a los granas como el equipo que más miedo da de la Segunda B.