El abogado murciano Guillermo Martínez Abarca se convirtió ayer en el nuevo presidente del Real Murcia tras un consejo de administración que estaba programado desde hace días y que también supuso la renovación de la cúpula de la centenaria entidad en la que a partir de ahore no figura ningún miembro con el apellido Samper tras las renuncias irrevocables de los últimos familiares del máximo accionista, quien falleció el pasado 18 de diciembre. Pero el nombramiento de Abarca no fue la única sorpresa, ya que otra de las novedades es que el actual presidente de la Federación de Peñas, Miguel Martínez, pasa a forma parte del consejo como vicepresidente teniendo en cuenta que se trata de la cabeza visible del colectivo más numeroso que tiene la centenaria entidad. El nuevo equipo de trabajo que se ha comprometido a colaborar para salvar el club será ahora el encargado de gestionar todo lo que conlleva el Real Murcia hasta la llegada de un nuevo propietario, algo que no será tan sencillo como creen algunos.

La nueva cúpula grana también incluye otros nombres que son conocidos por los seguidores por distintos motivos. Víctor Alonso, hasta ahora gerente de la entidad y una de las personas que mejor conoce las necesidades del club en el día a día, se convierte en consejero secretario. Otra de las figuras inseparables de Samper, Romeo Cotorruelo, quien era vocal de la entidad, ocupará también cargo de consejero en una decisión que, según pudo conocer este diario, se mantiene solo por una cuestión «de responsabilidad».

El otro nuevo consejero del club grana será Enrique López Sánchez, uno de los miembros de la Asociación de Accionistas Minoritarios, un colectivo que aunque no es muy amplio, sí que maneja un número de acciones suficientes como para haber tenido voz y voto en las últimas juntas de accionistas.

La desaparición del apellido Samper del organigrama murcianista quedó patente cuando se aceptaron las renuncias irrevocables, según el comunicado del club, de Juan Antonio Samper, Gonzalo Samper de Miguel y Juan Antonio Samper de Miguel, hermano, hijo y sobrino del fallecido, respectivamente. Una decisión, la de desentenderse del club, que llega motivada en gran medida por los contínuos gritos de 'Fuera Samper' que se llevan escuchando los últimos años por un sector de la afición que incluso ha llegado a afirmar que no acudiría al estadio mientras que el empresario madrileño estuviera en la entidad. Estos acontecimientos han supuesto una decisión tan drástica para una familia que, de haberse sentido apoyada y respaldada, estaba dispuesta a seguir inyectando dinero y a mantener la responsabilidad en un club que Jesús Samper siempre cuidó como su gran 'niño mimado'.

A pesar de las renuncias, todavía está por resolver la herencia del hasta hace unos días presidente grana. Y es que las acciones pasarán de forma directa a sus herederos, aunque según ha podido saber esta redacción, en la reunión de ayer también se le comunicó a los nuevos consejeros el firme propósito de los descendientes de Samper de renunciar por completo a sus acciones de manera gratuita en el momento que se pueda diligenciar el asunto de la herencia. Martínez Abarca y su equipo son, desde ayer, un poco más libres para liderar la inevitable transición que se avecina en el Real Murcia.