­Antonio Perea sigue empeñado en desacreditarse él solo. No hace falta investigar mucho para quitar la careta y conocer el verdadero rostro del intermediario archenero, que gracias al apoyo de varios medios de comunicación ha conseguido pasar de ser un auténtico desconocido a ocupar un espacio en la actualidad del Real Murcia por su presunto interés por comprar el club grana. Una idea que cada vez se tiene menos en pie analizando el historial del murciano, que ni tiene solvencia económica para hacer frente a la operación ni socios con esa capacidad.

Después de no acudir el viernes 11 de septiembre a una notaría de Madrid, en la que había sido citado por Jesús Samper con más de una semana de antelación tal y como informó este diario el lunes, en el día de ayer, volvió a incluir un capítulo más en su esperpéntica historia al no presentarse, según ha podido saber esta redacción de personas cercanas al entorno del madrileño, a una segunda cita que él mismo solicitó insistentemente durante la pasada semana y en la que pretendía excusarse ante el máximo accionista del club grana por su ausencia anterior además de volver a poner sobre la mesa el interés de sus socios por hacerse con el control del Real Murcia, un grupo de empresarios que hasta el momento no ha sido capaz de acreditar ante los actuales responsables de la centenaria entidad. Algo que ya le ocurrió en 2013 cuando después de mucho hablar y prometer se descubrió que detrás de él no había ningún jeque interesado en convertirse en el ‘jefe’ del palco de Nueva Condomina.

Como si de un estribillo se tratase, el modus operandi de Antonio Perea se repite una y otra vez. El mismo viernes 11 de septiembre, tras no acudir a la notaría alegando un viaje de negocios, pese a que la cita había sido fijada con bastante tiempo de antelación, el intermediario archenero no paró de insistir a lo largo de todo el día con llamadas y mensajes telefónicos para poder hablar con Jesús Samper. Su único objetivo, convencer al presidente grana para reunirse de nuevo cuando él regresase del viaje en el que decía estar en África. Después de mucho rogar, la cita era fijada para el día de ayer, aunque pocos en el entorno del máximo accionista del Real Murcia confiaban en que el archenero diese la cara. «No creo que se presente», era la frase más repetida entre los que conocen todos los detalles de la negociación.

Un vaticinio que se hacía realidad en la mañana de ayer cuando, según ha podido saber esta redacción, a primera hora Antonio Perea enviaba un wasap a Jesús Samper para cancelar la cita al afirmar que seguía de viaje de negocios en África. Y eso que a la hora de fijar la reunión había informado que en esa fecha ya estaría en España.

Así, una vez más, Jesús Samper consigue dejar en evidencia al archenero, que desde que en el mes de julio se acercó de nuevo al madrileño para ‘venderle’ su película de chinos ha tenido como objetivo manipular a la opinión pública haciéndola creer, gracias a la colaboración de varios medios, que no era él el que estaba detrás de la compra sino un grupo de importantes empresarios singapureños. Aunque, en la firma de los términos para iniciar todo el proceso, una condición establecida por la parte vendedora desde el primer momento y que tenía como continuidad el paso por la notaría para ver realmente las intenciones del archenero, no aparece ningún grupo asiático sino que la rúbrica es la de Pereabros Group, empresa del propio Perea.