Consiguió el Cartagena la primera victoria de la temporada en la quinta jornada, ante un Almería B bien plantado en el campo, pegajoso y que no dio respiro hasta el minuto 91, cuando Montero materializó el 2-0 definitivo de penalti. Fue, ante todo, un triunfo muy trabajado para el conjunto albinegro, que en diferentes tramos del partido le tocó sufrir y también quedarse con la miel en los labios. Consiguió además la victoria con una defensa parcheada, ya que los centrales titulares, Verdú y Moisés, tuvieron que ser sustituidos. Tanto Sergio Jiménez como Juanlu Hens retrasaron su posición para aguantar a los chicos de Miguel Rivera.

Víctor Fernández confirmó su confianza en Quique Rivero al darle la titularidad. El de Cabezón de Sal fue intermitente: a veces apareció y otras se le echó de menos. Sí sorprendió la suplencia del extremo Sergio García, un hombre velocísimo que siempre hace sudar a los defensas rivales. En su lugar entró un Juanlu Hens incisivo e insistente que sirvió dos balones a Montero y probó un par de veces a Gianfranco, portero del Almería B, que respondió con sendas paradas.

Con un claro 4-2-3-1 en el verde, el Almería B intentó asustar a Limones con tres de sus hombres más activos: el extremo Guirao, el mediapunta Rubén Sánchez y el delantero cartagenero Hicham. Continuaron los problemas defensivos del Cartagena, colapsado e inquieto por la presión alta de los chicos de Miguel Rivera. Así, Ceballos, Verdú y compañía tenían que optar por el balón largo casi en todos los acercamientos del Almería B. Los Juanlu, Menudo y Cristo no están acostumbrados a que ahora, después de cuatro partidos raseando la pelota, tengan que correr detrás de la pelota sin un patrón a seguir. Fue un Cartagena desdibujado, con menos posesión y jugadas trenzadas que otras veces.

Que el Cartagena tiene un problema serio en defensa bien se pudo confirmar en la primera parte, donde Guirao e Hicham pusieron contra las cuerdas, físicamente al límite, a Moisés y al lateral Ceballos: no estuvieron lo suficientemente concentrados y muchas veces llegaron tarde a interceptar las conexiones entre los dos jóvenes del Almería B. Además, Gonzalo Verdú pidió el cambio por lesión a los 23 minutos. El central se marchó cojeando por la banda y entró en su lugar el debutante Ayoze Placeres. Al hilo del filial almeriense, el cartagenero Hicham Khaloua es la referencia ofensiva de Miguel Rivera; fue intenso y pudo adelantar a su equipo en un bonito disparo ajustado que desvió Limones con el pie. Al marroquí se le vio intenso, maduro, participativo y muy seguro en cada una de sus zancadas.

Antes de llegar al descanso, el Cartagena se estiró, abrió el campo por las bandas y tuvo tres ocasiones para adelantarse en el marcador: Juanlu, por la izquierda y por la derecha, disparó con potencia en dos ocasiones; Moisés, de cabeza, también lo intentó. A todas ellas respondió un Giafranco enorme. Este guardameta argentino ya ha ido convocado con el primer equipo, pero aún no ha debutado con el equipo que entrena Sergi Barjuán.

Tras el descanso llegó un nuevo infortunio para el Cartagena. El central Moisés recibió un balonazo en la cabeza, se lo llevaron en camilla y Sergio Jiménez tuvo que 'parchear' la defensa albinegra, que se quedó sin sus dos centrales titulares. No deja de ser curioso que el conjunto de Víctor Fernández haya sumado sus puntos gracias a los goles de sus centrales. Primero fue Verdú quien rescató un punto ante el Linense; la semana pasada, en Sevilla, Moisés hizo lo propio. Contra el Almería B, el debutante Ayoze Placeres remató desde el suelo, alrededor de un lío de piernas en el área del portero, para poner por delante a los albinegros. Lo del canario fue salir al césped, defender, subir al ataque y marcar.

Pero el Almería B no dejaba de intentarlo, esta vez a un contraataque que Rubén Díaz, demasiado escorado, no pudo materializar. Más tarde probó suerte Xavi Carmona desde prácticamente el círculo central: el balón fue bajando metros, directo a la escuadra, pero Limones reculó a tiempo para meter el puño.

Tan complicado lo pusieron los de Miguel Rivero que Víctor Fernández no pudo levantar el puño de alegría hasta el minuto 91, cuando Montero sentenciaba el partido con un claro penalti de Gianfranco, que vio la amarilla. El delantero albinegro lo celebró con rabia: la primera victoria de la temporada se había hecho esperar.