El colegiado lorquino José María Sánchez Martínez por fin ha logrado el objetivo que se marcó cuando hace doce años empezó en el mundo del arbitraje. Tras cuatro años en la categoría de plata, ha logrado el ascenso a Primera División con treinta y un años.

Las arriesgadas pero acertadas decisiones tomadas en partidos muy complicados, le han valido para dar el salto al cielo del arbitraje. Lorca contará por vez primera con un árbitro en la máxima categoría y la Región de Murcia volverá a cubrir el vacío que dejó hace años Pedro Tristante Oliva. Como ya avanzó este diario, la actuación de José María Sánchez Martínez en el polémico partido Girona-Lugo, que tuvo que ser suspendido a unos segundos del final, resultó determinante para el ascenso, que se le negó la pasada campaña.

Sánchez Martínez tiene treinta y un años, procede de una familia humilde lorquina apodada cariñosamente 'Los Pitucos'. Lleva doce temporadas en el arbitraje, de las que cinco han sido en Tercera, una en Segunda B y las cuatro últimas en Segunda División. Actualmente se dedica de forma exclusiva al arbitraje, ya que se encuentra en excedencia como empleado de una entidad bancaria.

Fue uno de los elegidos por la UEFA para asistir en numerosas ocasiones a Suiza a realizar cursos de formación a través del conocido excolegiado italiano Pierluigi Colina.

Sus allegados le denominan el hombre de hielo por la frialdad con la que afronta todo lo que se le presenta en la vida. Es un hombre meticuloso que cuida al máximo su estado de forma.

Practica pilates y entrena habitualmente en la Ciudad Deportiva de La Torrecilla de Lorca con los amigos de siempre. Se involucra muchísimo en la formación de jóvenes colegiados de la Delegación lorquina de árbitros.