La Media Maratón Ciudad de Murcia-Gran Premio Hipercor llega cumple este domingo treinta y seis años con LA OPINIÓN como diario oficial. Más de tres mil trescientos corredores populares estarán en la línea de salida en el pabellón Infante. ¿Pero cómo nació y dónde la emblemática prueba? Los orígenes están en la pedanía de Los Dolores, en una Legua Huertana que se celebraba y que recorría carriles de la huerta y sendas, donde los vecinos de la zona salían a la calle para ofrecer a los corredores buñuelos y paparajotes. Se trataba de una prueba deportiva que se disputaba coincidiendo con las fiestas de la pedanía y que fue adquiriendo popularidad hasta que se creó la Peña Maratón, formada por un grupo de entusiastas del atletismo que en 1979 organizó la primera media maratón, que apenas contó con unos cuatrocientos corredores, la mayoría de ellos llegados desde Valencia y Alicante, puesto que solo un viente por ciento eran murcianos, según recuerda Rafael Nicolás, uno de los hombres que junto a Salva Vidal sigue hoy en día en tareas de organización de la cita.

La Peña Maratón fue creciendo y terminó fusionándose con el Club Universitario Maratón, que al cabo de unos años pasó a denominarse el Club Atletismo Murcia, el mismo que en la actualidad lleva las riendas de una carrera que ha pasado en una década de tener un millar de participantes a superar con creces los tres mil.

Los premios que se entregan a los campeones también han vivido una evolución. En los primeros años, el máximo trofeo era una placa con una azada que se convirtió en objeto de deseo para los mejores. Además, dado el origen de la carrera, la huerta de Murcia, también había premios para los corredores que fueran vestidos de huertanos.

La Media Maratón entró muchos años después, cuando en 1991 empezó a disputarse en el centro de la ciudad de Murcia -el primer circuito partía y concluía en la Avenida Teniente Flomesta- en otra dimensión. Dio un salto hasta alcanzar el millar de participantes. Además, al olor de los premios en metálico -el ganador se llevaba unas cien mil pesetas-, acudieron atletas africanos capaces de realizar grandes marcas. De hecho, el récord masculino de la prueba está inamovible desde que en 1999, un keniata hasta ese momento semidesconocido, Samuel Kimaiyo, estableció un tiempo de 1 hora, 2 minutos y 9 segundos. Un año después, este joven corredor fue campeón del mundo de cross.

Cuando los premios económicos se acabaron -solo hay dinero en metálico por batir el récord (1.200 euros) y para los equipos con más atletas entrados en meta-, el ganador pasó a llevarse un televisor de 32 pulgadas y el subcampeón una tablet. Se pasó del elitismo a alcanzar unas cotas de popularidad insospechadas para aquellos miembros de la Peña Maratón que, humildemente y casi sin medios, dieron los primeros pasos. Además, con la puesta en marcha de la carrera de primera vuelta, que cumple en 2015 su cuarta edición, la cita ha alcanzado mayor popularidad y se ha abierto a muchos más corredores, sobrepasando con creces la barrera de los tres mil inscritos, de los que unos dos mil ochocientos llegan de diferentes puntos de la Región.