El murcianismo se quedó ayer compungido al conocer que otro capitán había caído en combate. El valenciano Miguel Albiol se retiró del partido del domingo ante el Coruxo en camilla con muy malas sensaciones y las pruebas médicas confirmaron ayer los peores presagios, puesto que el polivalente centrocampista sufre «una rotura parcial del ligamento cruzado anterior en la rodilla derecha, así como una lesión osteocondral y edema óseo en compartimiento externo». Por segundo año consecutivo, se repite la trágica historia de la lesión de uno de los capitanes del conjunto grana. Sin ir más lejos, el actual segundo técnico del equipo y excapitán, el murciano Óscar Sánchez, se lesionó de gravedad en noviembre de 2013 bajo las órdenes de Julio Velázquez y la decisión final del lateral fue la de colgar las botas.

A sus 33 años, ya es seguro que Miguel Albiol se pierde lo que resta de temporada, pero de manera inevitable viene a ponerse de relieve una cuestión que se conoce desde algún tiempo, la más que posible retirada de un jugador que se ha ganado el derecho a ser muy querido por el murcianismo, pero al que su rodilla puede haberle dicho basta antes de lo que él pensaba. De hecho, según ha podido saber este diario por fuentes cercanas al jugador, Albiol está jugando prácticamente todos los partidos desde que arrancó la Liga como titular aguantando un dolor considerable que al final ha terminado desembocando en lo peor que podía pasar.

Aunque mirar atrás no sirve ahora mismo de nada, sí que sorprende la cantidad de partidos y minutos que lleva el valenciano en sus piernas bajo las órdenes de un José Manuel Aira que probablemente tendría que haberlo dosificado de otra manera, dado que se trata de una las piezas fundamentales en el esquema del entrenador del Real Murcia.

El hecho de que el parte médico especificara de manera clara que «se descarta la cirugía» y que «al tratarse de una patología compleja, el periodo de baja es indefinido», son motivos más que suficientes como para que la sombra de la retirada planee sobre la figura de un jugador del que nadie puede poner en duda su compromiso, pero al que ahora le toca vivir una situación igual de desagradable a la que vivió en junio de 2011, cuando se lesionó de gravedad en la eliminatoria ante el Lugo en la fase de ascenso a Segunda División.

Los problemas vienen ahora porque, si la plantilla encima de ser corta, recibe otra baja de larga duración como la de Satrústegui, es normal que Aira se pueda poner un poco nervioso, más perdiendo un jugador con mucho oficio pensando en una hipotética fase de ascenso en la que se necesitan jugadores expertos a los que no le tiemblen las piernas de con una responsabilidad tan elevada que, a los más jóvenes, sí que les puede pasar factura.

Además Albiol es actualmente el séptimo jugador de toda la plantilla con más minutos a sus espaldas, lo que evidencia por una parte lo útil que ha sido para su entrenador, al tiempo que se generan dudas sobre si se le tendría que haber dosificado de otra manera, más todavía sabiendo que los dolores iban en aumento y que se han asumido, posiblemente, demasiados riesgos.